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jueves, noviembre 21, 2024

El posible golpe mortal de Armenta

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La confirmación por parte de la ministra Norma Lucía Piña Hernández sobre la autenticidad de la conversación que sostuvo, vía WhatsApp, con el presidente de la Mesa Directa del Senado, Alejandro Armenta Mier, el pasado 16 de mayo a las 21 horas, generó un escándalo de tal magnitud que abre un mundo de posibilidades en las que la única afectada sería la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). 

Por el contrario, el poblano tiene en sus manos, quizás, la única oportunidad real de congraciarse con el inquilino de Palacio Nacional y capitalizarlo para sus aspiraciones a la gubernatura de Puebla. 

Vayamos por partes.  

Tras la sorpresiva conversación, el senador poblano utilizó el tema para generar una controversia en el país.  

Al subir a la tribuna en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión y en una conferencia de prensa posterior, Armenta actuó con reflejos de lince para llevar a la ministra al sitio donde quería: Generar la percepción de que estaba reconviniendo al legislador por sus opiniones pese a que las tiene salvaguardadas por la Constitución.  

Y para no dejar a dudas, envió un oficio a la presidenta de la SCJN en la que ejerció su derecho de petición a fin de que confirmara la conversación que sostuvieron y la intermediación de su auxiliar Francisco Javier Tapia Martínez, ya que los mensajes recibidos tuvieron “la muy probable intención de presionar, provocar, intimidar o incluso amenazar al suscrito, por mi desempeño como legislador federal, contraviniendo con ello lo dispuesto en el artículo 61 de nuestra Carta Magna”. 

Con esta jugada, Armenta Mier acorraló a la ministra ya que estaríamos, presuntamente, ante una violación constitucional por parte de la ministra que es la encargada de defenderla, particularmente la conocida como “garantía de inviolabilidad”.  

No faltaron quienes se burlaron del presidente la Mesa Directiva del Senado y las redes se llenaron de memes ofensivos y satíricos. En los principales noticiarios del país se puso en duda la verosimilitud de la denuncia.  

El escándalo sería mayúsculo una vez que la ministra publicó una carta en redes sociales en las que reconoció la autenticidad de la conversación. Allí reconoció dos principales: “la vía utilizada no fue la más correcta” y que las expresiones de Armenta “sobre datos inexactos, así como sobre la labor de quienes formamos el Poder Judicial me indignan”.  

“Reconozco que la vía utilizada no fue la más correcta. Confío en que mi modo frontal y directo de hablar se distinga claramente de una amenaza”, asentó, sin disculpas públicas ni retractación. 

La respuesta de Alejandro Armenta no se hizo esperar y anunció que presentará una denuncia penal contra la ministra por el delito de amenazas. De hecho, al ser el presidente de la Mesa Directiva está obligado por el artículo 61 constitucional a velar porque no se viole la “garantía de inviolabilidad”.  

Para nadie es un secreto que la Corte se convirtió en el enemigo número uno de la 4T y que sus resoluciones han generado un profundo malestar en el Palacio Nacional. Norma Lucía Piña es la villana favorita y se le percibe como una de las principales adversarias al lopezobradorismo, de ahí que el escándalo en el que se encuentra involucrada cae “como anillo al dedo”. 

Si Armenta logra derivar la discusión hacia una presión lo suficiente para acotar a la Corte y a su presidenta, logrará lo que nadie había ofrecido a la 4T.  

¿Hay posibilidades de la ministra sea destituida? Es una pregunta muy aventurada y poco probable. Lo que sí existen son los indicios de una posible violación al artículo 61 constitucional y el amago de una denuncia penal.  

Eso lleva a otra pregunta: ¿Al estar al frente del Poder Judicial, el proceso penal que iniciará Armenta Mier -y que no existe duda que la Fiscalía General de la República impulsará- derivaría en un posible conflicto de intereses de la ministra?  

Podría argumentarse que todos los jueces gozan de autonomía en sus resoluciones, pero todos conocemos cómo opera el sistema judicial mexicano. Y, la acción penal del legislador poblano dará las herramientas suficientes para construir una narrativa contra la Corte de injerencista, que pretende someter a los otros poderes y un afán descontrolado por echar abajo, como sea, el proyecto de la 4T. 

Por donde se le vea, el lopezobradorismo tiene una jugosa oportunidad que, si se pretende tenga la fuerza suficiente para acotar al adversario, es necesario que vaya acompañada por los factores reales de poder.  

Es ahí justamente donde Alejandro Armenta puede recomponer su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador y ofrecerse como un político capaz de abonar y defender el proyecto presidencial, lo que se sumaría a la defensa que realizó el pasado 5 de febrero, en la ceremonia oficial por la promulgación de la Constitución, efectuada en Querétaro. 

Fue en ese acto oficial, cuando Norma Lucía Piña y el panista Santiago Creel Miranda, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, aprovecharon el escenario para criticar abiertamente al presidente de México. Al fungir como uno de los oradores, Armenta salió a la defensa del mandatario y les corrigió la plana a ambos.  

Hoy más que nunca, Alejandro Armenta tiene el futuro en sus manos.  

Ya logró llevar un tema que todos menospreciaron a la cancha que quería. 

Bien encaminado, el escándalo beneficiaría a la 4T sin cortapisas. 

Y eso, en política, abre las puertas a un mundo de muchas posibilidades en el futuro.  

En la carrera por la gubernatura, Armenta tiene una de las mejores fichas para jugar: Es el mejor ubicado en los diferentes sondeos de opinión, pero en Morena solo un voto cuenta y ese no lo tiene hasta este momento.  

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