Hace meses que Claudia Sheinbaum Pardo derrumbó cualquier verosimilitud que pudiera tener la queja de sus adversarios, de que es la “favorita” del Presidente de la República para sucederlo. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México es, por mucho, quien reúne los auditorios más grandes y más festivos en sus visitas a los estados, es quien puntea todas las mediciones, es quien afianza la percepción como la más competitiva y es quien aparece como la más genuina representante del lopezobradorismo nacional.
Si, como reconocen incluso sus detractores, finalmente es la elegida para aparecer en la boleta de la elección presidencial de 2024 por Morena, lo hará con sobrada legitimidad.
Este sábado, Sheinbaum estuvo en Oaxaca y en dos distintos actos, reunió a más de 40 mil personas.
El mismo día, Marcelo Luis Ebrard Casaubon visitó también tierras oaxaqueñas y no le fue nada mal, pero él mismo opacó sus actos, con el reclamo de que no fue recibido por el gobernador, Salomón Jara, o que no lo cobijaron lo suficiente. Perdió el canciller una oportunidad de oro para hacer un contraste real contra la puntera de la contienda morenista.
La narrativa de la queja de Marcelo Luis, que ha venido repitiendo hace casi un mes, sin pausa, de que Claudia es la “favorita”, de que la arropa el partido y no a él, de que la reciben autoridades y no a él, lo único que adelanta es una estrategia de la victimización y perfila una derrota anunciada.
Ebrard pareciera estar construyendo, desde ahora, la justificación de por qué no será el candidato. Edifica también un falso argumento de disparidad en la contienda.
Aun así, su aportación, si ocurren las cosas como él mismo las está advirtiendo, será muy valiosa a la campaña constitucional de Sheinbaum a la Presidencia de la República, que demandará ser ambiciosa, intensa y muy amplia, con visitas a todos los estados y a la mayor cantidad de poblados posibles en los dos meses que, entre abril y mayo de 2024, deberá recorrer.
Este sábado, en Juchitán y Huatulco, el número de asistentes a las conferencias de Claudia Sheinbaum, en las que comparte los programas exitosos que ha aplicado en la Ciudad de México, rompieron récord.
Primero en el puerto de Huatulco, tuvo gran éxito, pero donde de plano sus actividades tomaron magnitud masiva total fueron en el Estadio Juchiteco, en Juchitán de Zaragoza, donde la esperaban más 30 mil habitantes de la región del Istmo de Tehuantepec.
(Por razones personales estuve hace dos semanas en la Costa Chica, donde, en la carretera que va siempre en paralelo al mar, lo mismo en la parte oaxaqueña, que en la de Guerrero, muchas casas tienen una manta de apoyo a la política de Morena. Es notable).
El domingo, la jefa de Gobierno remató con más de 10 mil asistentes, en Hermosillo, Sonora.
Las actividades del fin de semana ponen en claro el arrastre que tiene. Hay una gran expectativa en Puebla, por el regreso que tendrá el 27 de mayo, para una conferencia con el mismo objetivo y que tiene, por supuesto, también tintes de apoyo proselitista.
En Puebla, Sheinbaum Pardo tendrá todas sus actividades, oficiales y privadas, en la capital.
El coordinador de su proyecto político en el estado, Julio Huerta, informó que arrancará su visita con un desayuno con empresarios. Luego, tendrá una reunión con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, además de que participará en la reinauguración del Palacio de Gobierno.
También, ofrecerá una conferencia magistral en un sitio que no ha sido decidido, en donde el auditorio será masivo.
Por supuesto, sin ánimo de comparar, refrendará Sheinbaum aquí, quien va muy adelante.
