Detrás del video de posicionamiento de Claudia Rivera Vivanco que contiene un fuerte carga sexista para vender la idea de que en amor es “toca gobernadora”, está el estilo de la mano derecha de la expresidenta municipal morenista, Andrés García Viveros.
Cargando a cuestas con la vinculación a proceso por el delito de acoso sexual en contra de una trabajadora del Ayuntamiento de Puebla y los múltiples escándalos de corrupción a través de su Cártel Administrativo incrustado en el primer gobierno municipal encabezado por Morena, Andrés García Viveros le causó un escándalo mediático más a
Claudia Rivera en su proyecto político con miras al proceso electoral 2023-2024.
El spot político en el que se utilizaron estereotipos de género para influir en la definición del género para la candidatura al gobierno del estado detonó la molestia de la dirigencia de Morena en Puebla y de mujeres activistas y de distintos partidos políticos, a lo que García Viveros solamente dijo “sé que están nervios@s porque en #Puebla4Toca Gobernadora!”.
EL CASO DE ACOSO SEXUAL QUE DESANGRÓ SU REELECCIÓN
En mayo de 2021, en medio de la campaña para reelegirse en el cargo de presidenta municipal el equipo de Claudia Rivera Vivanco sufrió un duro revés que causó inestabilidad en el proyecto que causaría un cambio de estrategia de la edil morenista.
Se trataba de Magda Karina N., una extrabajadora del Ayuntamiento de Puebla quien denunció en diciembre de 2020 ante la Fiscalía General del Estado (FGE) al coordinador ejecutivo de la presidencia municipal y a la entonces presidenta municipal por los delitos de intimidación, amenazas, hostigamiento y acoso laboral y sexual.
Durante su paso en la administración municipal, Magda fue asistente personal de Claudia Rivera en contra de su voluntad, y de quien siempre recibió un trato grosero, déspota y humillante, con malas palabras, gritos e insultos como “inútil” o “eres una “vergüenza como mujer”.
Sin embargo, el principal peligro que sufrió fue por parte de Andrés García Viveros, quien era su superior jerárquico y quien siempre se dirigía a ella de forma lasciva, haciendo alusiones sexuales respecto a su persona, su cuerpo y forma de vestir.
“Me enviaban mensajes en la madrugada hostigándome. Ante mi negativa de acceder a sus pretensiones y la denuncia de estos hechos, el Señor Andrés García Viveros amenazó con desaparecerme. Ante las amenazas del Señor Andrés García Viveros acudí directamente con la Señora Claudia Rivera Vivanco, con la esperanza de que siendo mujer y además ostentándose como feminista y defensora de los derechos de las mujeres, me entendería, pero no fue así, ocurrió todo lo contrario”, denunció en una carta publicada en ContraRéplica Puebla.
Aunque fue confrontada por la denuncia de la trabajadora, Claudia rivera negó en todo momento lo ocurrido y dijo que formaba parte de una campaña en su contra, pues Magda “se dejaba utilizar por intereses privados”.
No obstante, a semanas de la campaña electoral una serie de audios revelados en medios de comunicación evidenciaron el actuar de Andrés García Viveros en contra de la trabajadora, y el encubrimiento de Claudia Rivera en favor de su coordinador ejecutivo, lo que fue una daga a su estrategia enfocada en favor de las mujeres.
Ya en medio de la campaña, la Fiscalía inició con la investigación en contra de Andrés García Viveros y para junio de ese año lograron la vinculación a proceso por el delito de acoso sexual, con lo que se ordenó su separación del cargo de coordinador ejecutivo de presidencia, aunque hubo señalamientos de que seguía en el poder a través de terceros.
Esos terceros mediante quienes seguía operando el Ayuntamiento de Puebla eran los miembros del Cartel Administrativo , quienes se encontraban en el Comité Municipal de Adquisiciones –encargado de las licitaciones y adjudicaciones de la ciudad– desviaron millones de pesos de contratos celebrados en la gestión de Claudia Rivera.
El Cártel Administrativo incrustado en el primer gobierno de izquierda de Morena en la capital poblana fue integrado por Andrés García Viveros, Pamela Galindo Jiménez, Ricardo Herrera Serrallonga, Nadia Mayorga Abarca, Amado Espinoza Jiménez, Polet Espinosa Flores, Enrique Gómez Haro Rivas, Alejandro García Viveros, Israel Román Romano, Salvador Martínez Rosales, Mónica Pérez Hernández, entre otros; todos cercanos a David Rosas Armijo, excolaborador de Martha Erika Alonso Hidalgo.
Mediante esta estructura controlaron los procesos de adjudicación y licitaciones públicas para consentir a empresas preferidas por García Viveros a pesar de que en muchos de ellos no cumplían con las reglas establecidas en la Ley, además de tener a auditores externos que omitían revisar a fondo estas licitaciones.