A petición popular, continúo haciendo el perfil antropológico de algunos búfalos priistas poblanos que han decidido cambiar de bando, una vez más, fieles a la frase del Tlacuache Garizurieta a la que han sido tan adictos durante décadas: “Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”.
Estos ejemplares, cuyos nombres todos tenemos en la mente —pero que por razones de decoro llamaremos Licenciado Malagón, Licenciado Menchaca y Licenciado Manubrio—, son verdaderamente insaciables.
Y no dudan en besar la mano de quienes ayer vituperaron.
Es su naturaleza.
(Han sido de todo: diputados, regidores, delegados, funcionarios, proveedores de fórmulas lácteas, alcahuetes, etc.).
Sólo están a la espera de que, al triunfo de la revolución morenista, su candidato —el que sea que gane— los designe director de Envases Urinarios o gerente general del fideicomiso PENES (Pipas Estatales y Nacionales de Excrementos Salinizados), o comisario del fideicomiso COÑOS (Comisión para el rescate de Ornitorrincos, Ñagazas, Ortos y Señuelos).
Fieles también a su tradición patrimonialista —¡nalgas a la pared!—, los mentados Malagón, Menchaca y Manubrio llegarán a sus oficinas —en el futuro cercano— a hacer uso de lo que consideran que ya es suyo: escritorios, computadoras, la caja chica, la caja grande y las secretarias.
A éstas las llamarán “nalgonas” a la primera oportunidad, y las convertirán en sus amantes antes del segundo tercio.
Para celebrar su llegada al gobierno de la 4T, se irán de farra con la “nalgona” favorita y beberán hasta perder el juicio.
Ya entrada la madrugada, el chofer llegará por el prohombre a un hotel de paso y lo llevará en una Suburban prieta a su feliz morada, donde una esposa con tubos en la cabeza proferirá toda clase de injurias y sentencias.
No se por qué los mentados licenciados —a los que, por cierto, les sale muy bien el gorgorito preelectoral de moda— me recuerdan a unos perritos que aparecen en unos relatos orales anónimos, mismos que fueron recopilados por el historiador Alfredo López Austin.
Vea el hipócrita lector:
“Los hombres hacían sufrir mucho a los perros, y éstos decidieron enviar su queja a Tláloc. Eligieron a un valiente mensajero y le entregaron la carta. Como el mensajero tenía que defenderse en el camino, no la podía llevar en el hocico. Hicieron rollo la carta y se la guardaron en el culo.
“El perro mensajero jamás volvió. Ya los perros no saben cómo era. Ahora todos se revisan el culo cuando se encuentran, en busca de la contestación del dios”.
Malagón, Menchaca y Manubrio hicieron lo mismo el pasado fin de semana al tiempo de darse el tradicional aletazo de caguamo y decirse ruidosamente: “¡Cho gusto, licenciado!”.
El gran Zeus vela sus armas al amanecer. Zeus Munive —periodista, cinéfilo, rockero, padre de la hermosa Artemisa, amigo como pocos— asumirá en los días que vienen la dirección editorial del periódico 24 Horas Puebla en sustitución del también periodista, y gran conversador y lector, Fernando Maldonado.
Los cambios en los medios suelen ser inevitables.
(Yo mismo fundé, con Nacho Juárez, 24 Horas Puebla, y con él salí en un periodo de transiciones de todo tipo).
Dos brillantes empresarios están al frente de 24: en México, don Antonio Torrado, y Edgar Nava en Puebla.
Con ellos llega Zeus en busca de lo que sabe hacer: un periodismo serio pero cuajado de ironía y de verdadera irreverencia.
(No la irreverencia falsa que otros venden).
Desde este cajón de sastre (en el mejor estilo de Miguel Ángel Granados Chapa), un gran abrazo a todos.
Al papá amoroso de Artemisa le deseo suerte y pulso.
Siempre ha ido por la vida con esos atributos.
No podrá ser hoy de otra manera.
Nota bene: Zeus seguirá publicando, para fortuna de sus muchos lectores —entre los que me cuento—, la revista mensual 360 Grados.