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jueves, noviembre 21, 2024

Los primeros cien días

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El reto más grande que tiene un periodista es aprender a leer al poder. Honestamente, no es fácil descifrarlo.  

Es algo que se aprende con el tiempo y con mucha, mucha paciencia y aun así cualquiera puede equivocarse. 

Lo mismo pasa con los políticos: se aferran a una silla a la que nunca se sentaron por muy cercanos que estuvieran de ella y por ello, disparan como escopetas viejas: es decir, a todos lados, sin tener bien fija la mira en un objetivo. 

Fue lamentable la muerte de Miguel Barbosa en diciembre, sin duda, pero ya son nuevos tiempos.  

Quedarse con el discurso del anterior mandatario impide caminar hacia adelante. Los enemigos de Barbosa, que no fueron pocos, se los llevó a su tumba. Lo que se haya hecho antes estuvo bien o mal, eso que lo juzguen sus gobernados, pero ahora son otros tiempos y otros protagonistas. 

Sergio Salomón Céspedes entendió muy rápido qué es ser gobernador: inmediatamente trajo a Puebla a Adán Augusto López y le armó un acto en Casa Puebla con todos los actores políticos, entre alcaldes, empresarios, medios de comunicación y un largo etcétera. 

Claudia Sheinbaum es muy bien recibida en Puebla, también.   

El gobernador Céspedes se ha reunido con muchos políticos nacionales que tienen un peso específico, tiende a caer bien, “tiene ángel”, dicen quienes lo conocen. 

 Le ha abierto las puertas a todos los que aspiran a sucederlo. No ha censurado ni a Nacho Mier Velasco, ni a su primo Alejandro. Olivia Salomón es respetada y Julio Huerta, pues hace su luchita. 

Céspedes está 24 por siete atendiendo un gobierno.  

No se mete en “grillitas” tontas.  

Ni en chismes de periodistas.  

Su misión es dejar lo más pulcra la administración que él encabeza. El hecho que muestre tolerancia no significa debilidad, al contrario, tan ha sabido hacer su papel que a sus cien días de gobierno el barco flota con rumbo y no a la deriva. 

 Algunos personajes del círculo rojo aún no entienden que las reglas cambiaron y que quien representa la jefatura política del estado se llama Sergio Salomón Céspedes Peregrina.   

Manejar una entidad cuando ya se está en pleno proceso electoral rumbo al 2024, no es nada sencillo, más bien es complejo porque muchos no entienden y brincan de un lado a otro de los aspirantes, sin temor alguno.  

Estos cien días han demostrado habilidad política, diálogo con los grupos políticos y no sólo con Morena. Respeto, tolerancia y mano dura cuando se es necesario. 

Los cien días son los que marcan el derrotero de cada gobernante, así lo han determinado hasta en la academia. Se quiere ver cómo es un gobernante, se debe observar los primeros cien días. Por eso, algunos gobiernos aprovechan esos días para presentar un plan de gobierno, no es una mera ocurrencia. 

El caso es que estos cien primeros días para Puebla han sido buenos, ¿quieren ver cómo viene lo que falta? 

 Vean estos primeros tres meses y diez días.  

Así se descifra al poder.  

Sin grillas tontas y con mucha, mucha paciencia. 

 

¿QUÉ PASARÁ CON LALO RIVERA? 

En estos últimos días, el establishment poblano se ha decantado por Ignacio Mier Velasco. Muchos de los empresarios poblanos ya se están sumando a ese proyecto. Lo curioso de todo esto es que muchos de ellos tendrían que estar en la mesa de Eduardo Rivera Pérez y no ha sido así. 

No ha sido así, porque el alcalde capitalino no se mueve. Pudo haber aprovechado el cambio político y prefirió encerrarse en el Palacio Municipal y en la ciudad de Puebla. Las encuestas lo siguen calificando como el más adelantado y que mantendría un empate con Armenta Mier, pero Lalo Rivera no se quiere mover o desconocemos su estrategia. 

Quizá sea cierto, que a sabiendas de lo que ocurrirá en el 2024 le convenga más irse al Senado, como lo adelantó Mario Alberto Mejía, en estas páginas y así regresar por sus fueros en el 2030. 

De ser así, quien empezaría a buscar la candidatura a la gubernatura es Genoveva Huerta y en una de esas hasta Mario Riestra. Soy enemigo de hacer listas en columnas políticas, pero el silencio de Rivera hará que otros ocupen el espacio que no ha querido asumir el alcalde capitalino, pese a que es el favorito en las encuestas. 

O quizá sí tenga un AS bajo la manga que nadie se ha enterado y nos sorprenda. 

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