Una vez que desde el epicentro del poder en México se ordenó a los aspirantes presidenciales a no contratar anuncios espectaculares para promocionarse, Claudia Sheinbaum Pardo, Adán Augusto López Hernández y Marcelo Ebrard Casaubón decidieron trasladar sus baterías a la pinta de bardas por todo el territorio nacional. Puebla, como era de esperarse, no fue la excepción. La primera que comenzó con la inundación de propaganda en muros de colonias y unidades habitacionales fue la jefa de Gobierno de la Ciudad de México que mantiene el hashtag #EsClaudia y una silueta de perfil de una mujer que se parece mucho a ella. Todo marchaba bien hasta que se le atravesó el secretario de Gobernación federal, quien astutamente sembró la frase: “Ahora Es Adán”, con la intención de explicarle a la base morenista que las cosas habían cambiado y que el verdadero gallo de Palacio Nacional era el gobernador con licencia de Tabasco. Los claudistas tardaron en reaccionar y cuando vieron que les estaban comiendo el pastel por todo el país, entonces, a un costado de las bardas donde se anuncia Hernández López se colgó la frase: “#EsClaudia la de AMLO”. Usted puede tomar las principales vialidades de la ciudad e interior del estado y verá que todo está tapizado con promoción para Claudia Sheinbaum y Adán Augusto. Y mientras ambas corcholatas presidenciales se pelean a muerte, el secretario de Relaciones Exteriores deberá agradecer a sus operadores en Puebla, entre ellos, Juan Carlos Natale López, sobrino consentido del tío bailarín y cantante, que su imagen esté por los suelos. Las bardas que su torpe valet parking mandó a pintar parecen más a la promoción de Güicho Domínguez o un sancho de la política que la de un aspirante presidencial. “Marcelo, el consentido de las amas de casa”, reza la frase que pretendía ser creativa y terminó en un chiste de pésimo gusto. Con ese tipo de bestialidades, perdón, quisimos decir genialidades, no le auguramos mucho posicionamiento, lo cual confirma que Marcelo solo es bueno para ser estrella de TikTok. Respecto a los aspirantes a la gubernatura hay una confrontación directa en cuanto a la vieja práctica de borrar las bardas del oponente y colocar una nueva propaganda. Si las ideas publicitarias de los aspirantes presidenciales son pésimas, los interesados en Casa Aguayo están mucho peor. Cómo estarán las cosas que hasta la oposición tiene más ingenio y creatividad. Ahí tiene a Genoveva Huerta Villegas, aspirante a la gubernatura por el PAN, quien tapizó el estado con las leyendas: “Genoveva, te quiero”, “Genoveva, te amo”, en colores blanco, azul y naranja, los característicos del panismo. Lo que habría que reclamarle a la exdirigente estatal del PAN es que sus anuncios emocionaron a más de una mujer en las colonias, quienes pensaban que su amado, por fin, había decidido hacer público su amor o consentirla con ese detalle. Los primos Alejandro Armenta Mier y Moisés Ignacio Mier Velazco han mandado a pintar bardas con temas bisoños. El secretario de Gobernación estatal, Julio Huerta Gómez, se abstuvo durante un buen tiempo de entrarle a la refriega propagandística, pero en el sur de la ciudad ya se observa su promoción. La única que ha mantenido la cordura y altura es Olivia Salomón, secretaria de Economía, que ni bardas ni espectaculares. Algunos se preguntarán por Claudia Rivera Vivanco, pero antes de pintar bardas, la exalcaldesa se ve que está más preocupada para hacerle frente al presunto desfalco que encontró la Auditoría Superior del Estado en su paso por el Ayuntamiento de Puebla.
viernes, noviembre 22, 2024
