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viernes, noviembre 22, 2024

El futuro de Alejandro Armenta no se ve en Morena

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Alejandro Armenta Mier sigue sin poder ver al presidente López Obrador.

Desde que llegó a la Presidencia de la Mesa Directiva del Senado —reventando de esa manera la estrategia del propio AMLO de que en esa posición despachara Higinio Martínez—, Armenta no ha logrado sentarse con el presidente en la mesa presidencial donde imperan los tamalitos de chipilín.

Su interlocutor cotidiano es Adán Augusto López Hernández, el secretario de Gobernación que es el único que disfruta enormemente el proceso de sucesión en Palacio Nacional.

De hecho, en los actos públicos a los que ha sido invitado —más por la posición que tiene que por su nombre—, Armenta Mier no se sienta al lado del presidente.

Y no es porque éste no quiera, sino porque López Obrador simplemente no quiere.

Esto no sería tan grave si la sucesión en Casa Aguayo no estuviera tan cerca.

Y aunque hasta el momento el senador sea quien encabece las encuestas en el rubro de conocimiento, lo cierto es que a mediados de este año será alcanzado, sin duda, por el diputado Ignacio Mier Velazco, su odiado primo hermano.

Tener el aval presidencial en estas tramas de Morena parece ser un requisito básico para ganar las candidaturas.

Sin ese aval, de poco sirve que las encuestas proyecten como puntero a alguien que no es bien visto en Palacio Nacional.

El presidente, en efecto, pensó en darle un premio de consolación al senador Higinio Martínez, una vez que éste fue sacrificado en el Estado de México en aras de que la profesora Delfina Gómez fuera la presidenta.

César Yañez llegó con ese mensaje a hablar con los senadores José Narro, Gabriel García y Alejandro Armenta.

Los dos primeros entendieron el deseo del presidente y declinaron sus aspiraciones.

Armenta evadió el mensaje y le jugó las contras al huésped de Palacio Nacional.

Ese desafío ha tenido sus consecuencias.

Así como amor con amor se paga —célebre dicho presidencial—: agravio con agravio se cobra.

¿Qué escenario le queda a Armenta si resulta no ser el candidato?

Su salida de Morena y el arribo a la candidatura de la coalición PRI, PAN y PRD.

Y es que cada vez es más claro que el alcalde Eduardo Rivera Pérez no quiere ser el abanderado a la gubernatura.

Su estrategia es ser candidato al Senado —un escaño lo esperaría ganando la primera minoría— y dejar al yunquista Pablo Montiel como pieza de ajedrez a la Presidencia Municipal.

La novedad es que Marko Cortés, dirigente nacional del PAN, ya se sentó a hablar sobre todas esas posibilidades con el senador Armenta y el alcalde Rivera.

¿Podrá ganar Armenta la gubernatura con el apoyo del PRIAN?

Hoy que la tierra es redonda, y los cocodrilos vuelan, se ve difícil.

Casi imposible.

Morena y el presidente López Obrador siguen arriba de todos, y Puebla no es la excepción.

Armenta sigue utilizando las estrategias priistas que tan buenos resultados le dieron en el pasado reciente.

Pero en la mesa donde imperan los tamales de chipilín no existen las palabras “chantaje”, “amago” y “presión”.

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