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viernes, noviembre 22, 2024

La odiadora de Claudia Sheinbaum y el magistrado entrevistador

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El escenario es impecable:

Una biblioteca de cedro con libros robustos sirve de fondo para la entrevista que el magistrado Carlos Palafox Galeana le hace a una enemiga jurada de la doctora Claudia Sheinbaum: la activista Alessandra Rojo de la Vega.

El presidente del Consejo de la Judicatura da rienda suelta a su más caro sueño infantil: ser entrevistador.

Él, que tantas entrevistas ha dado en los últimos días, ahora es quien hace las preguntas.

Y qué mejor que una brutal enemiga cotidiana de la doctora Sheinbaum sea su entrevistada.

La primera pregunta, naturalmente, es titubeante.

Demasiado retórica.

Demasiado confusa.

Todo esto es normal, pues Palafox Galeana es magistrado, no periodista.

De ahí que se tropiece con las palabras.

Es letrado (léase abogado), no letrado (léase instruido).

El caso es que después de minuto y medio de buscar y rebuscar una sesuda pregunta —llena de toboganes, túneles y pasos a desnivel—, por fin escupe algo sobre la odiadora número uno de la doctora Sheinbaum (tan amiga de Puebla y los poblanos).

Viene la respuesta ambigua y sibilina de alguien que se jacta de ser la mayor feminista del mundo, aunque con sus ataques cotidianos en contra de la doctora Sheinbaum recaiga, una y otra vez, en la violencia política de género.

El magister no se inmuta.

La ve como quien mira una pirámide de Egipto.

Mejor aún: como quien ve un Alka-Seltzer en medio de una cruda brutal.

La segunda pregunta nace de la pretensión de un magistrado que quiso ser gobernador sustituto —y falló en el intento.

Es decir: nace de la grandilocuencia de estar frente a una mujer que cada vez que puede bulea a la doctora Sheinbaum.

La respuesta, otra vez, es sibilina, pero obtusa.

El magister no se ofusca.

Doma sus ansias de novillero en la resaca sin Alka-Seltzer.

Ve a la odiadora de la doctora Sheinbaum como se mira a un monolito.

Después, muy Raúl Velasco, despide la emisión con una sonrisa de “aun hay más”.

Qué duro es ser el dueño del Poder Judicial en Puebla.

Parece fácil.

No lo es.

 

Los hermanos Coraje. Cuentan personas brutalmente bien informadas que Luis Enrique Palafox Galeana, hermano del letrado, se ha convertido en un operador muy eficaz para modificar sentencias, apresurar juicios mercantiles, y darle velocidad a tramas relacionadas con fraudes y otras lindezas.

Y cómo no si su hermano es dueño de magistrados y jueces que, jura, lo ven como si fuese un monolito.

Los Palafox Galeana, dicen, han encontrado la fórmula perfecta para que la justicia en Puebla sea más rápida y expedita que una Yamaha YZF R1: la moto más veloz del mundo.

Ah, feliz clan.

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