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viernes, noviembre 22, 2024

Mier y su operación cicatriz

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Ignacio Mier Velasco ya comenzó a operar: tiene a Fernando Alberto Crisanto en su área de comunicación social; a Fernando Manzanilla en el área política, a Antonio Gali Fayad que lo convenció para ir en fórmula y asuma la candidatura a la alcaldía por Morena; también cuenta con algunos buenos empresarios, medios de comunicación y un largo etcétera. 

A Manzanilla ya le puso un límite: sabe que ha creado muchos enemigos en su paso por la administración estatal con Melquiades Morales, con Rafael Moreno Valle y con Pacheco Pulido y un rato con Miguel Barbosa.  

También, Mier Velazco sabe que algunos de los operadores mediáticos de Mananilla han amenazado periodistas, por lo que ya le mandó a decir que sus enemigos no lo son del morenonachismo, como bautizó a ese grupo, el columnista Mario Alberto Mejía, en días pasados. 

Mier no va a cargar con problemas que él no creó.  

Esos que los arregle su operador político que cuenta con muchos cadáveres en su clóset. 

El propio Mier sabe que muchas de las acusaciones y confrontaciones eran dirigidas por Miguel Barbosa, con quien no pudo transitar; por ello, también ya mandó un mensaje de paz a los grupos políticos y busca reconciliarse con aquellos con los que hubo roces. 

Borrón y cuenta nueva, pues. 

Tiene claro que muchos de sus críticos fueron provocados por su socio Arturo N.—hoy detenido en Tepexi de Rodríguez—. Además, sabe bien que otros de sus adversarios fueron producto de su amistad con Enrique Doger, quien sigue siendo su mejor amigo, aunque no comparta enemigos. 

Por ello, Mier ha iniciado un proceso de cicatrización. 

La ventaja que tiene contra los demás contendientes a la gubernatura es que ya se sabe mover en las grandes ligas.  

Ya aprendió a tener la piel más gruesa y sabe que con Miguel Barbosa no había condiciones para transitar, empero, sí hay condiciones con el nuevo gobernador, porque así se ha comprometido con su frase del “piso parejo” para todos los que aspiren a administrar el estado de Puebla. 

Mier no es ningún improvisado: ha sido líder del PRI; secretario general del ayuntamiento de Puebla; asesor de un rector de la BUAP y dueño de un periódico local. Su estrategia de subirse a los espectaculares es porque tiene bien claro que es poco tiempo el que queda para que elijan candidato a gobernador del estado y debe ser conocido por propios y extraños. 

Claro, ahí quien tendrá que aclarar ante el INE sobre ese posicionamiento será la revista Central Municipal porque seguramente a quien le facturaron fue al medio de comunicación sobre todo porque son muchos de los anuncios que hay desde la carretera de la Ciudad de México a Puebla. 

Mier, entonces, ya mandó sus mensajes de paz contra sus adversarios a través de algunos de sus operadores empresariales, políticos y mediáticos. La posibilidad de que él sea el beneficiario con la candidatura a la gubernatura es muy alta.  

Si bien su primo es Alejandro Armenta es quien va arriba en las encuestas y cuenta con algún respaldo importante desde el gobierno del estado, su pasado monrrealista aún lo condena. 

Mier es más cercano a Palacio Nacional, sin duda, aunque ese no sea necesariamente el factor decisivo, pues falta ver el tema de género en el que, de nueve gubernaturas, cinco serán para mujeres. 

Lo interesante aquí son los mensajes y la operación que ya inició en su equipo, aunque algunos cercanos de Manzanilla aún no lo entiendan, pero lo entenderán tarde o temprano.  

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