Hoy por hoy, hay cuatro aspirantes a la gubernatura por Morena: tres hombres y una mujer. Ella quizá con menos posibilidades, pero aún no ha dicho que no irá y su veladora está prendida. Además, está tanto la alcaldía de Puebla como la de San Andrés Cholula.
Alejandro Armenta, Julio Huerta, Ignacio Mier y Olivia Salomón. Los medios de comunicación ya borraron a esta última, por cierto.
¿Cuál es la fuerza de Armenta? Es el político más conocido en el estado. Fue presidente municipal muy joven por el PRI. Fue diputado local, federal, secretario de despacho en los tiempos de Mario Marín, coordinador de dos campañas a la gubernatura: Javier López Zavala y Blanca Alcalá Ruiz.
Es el presidente del Senado y tiene una estructura en Morena y en el PRI. Su fuerza es su trabajo de poco más de 30 años. Si preguntan por qué puede lograr la candidatura, básicamente es por su conocimiento y porque será lo que sea, pero no cualquiera llega a liderar el Senado.
Hasta hoy es el más aventajado en las encuestas.
Julio Huerta se volvió el principal operador político de Barbosa y recuperó ese partido para su primo cuando aún vivía. Erick Cotoñeto, como todos sabemos, no unió ni ató, más bien dividió y restó. Una vez que Miguel Barbosa rompió con Cotoñeto, en materia política, le encargó al entonces subsecretario de Gobernación la estructura política de su partido y lo logró.
Esto se demostró en la marcha para respaldar a AMLO tanto en la ciudad de México como en Puebla que asistieron miles de personas. También en el apoyo a Claudia Sheinbaum. Hay que precisar que no sólo fue Huerta; él fue el operativo y lo hizo bien. El cerebro de todo esto fue, por supuesto, Miguel Barbosa. Fue una buena dupla.
¿Por qué Julio Huerta tiene posibilidades? Porque ya lo conocen en toda la estructura política. Porque los alcaldes, diputados, líderes sociales lo ubican y lo respaldan. Fueron ellos, quienes en el aplausómetro lo destaparon. Sus números en las encuestas no están nada mal. No es puntero porque apenas lo subieron y le falta posicionamiento.
Trae buenos amarres tanto con Adán Augusto López como con Claudia Sheinbaum. En caso de no lograr la candidatura a la gubernatura, estará en una posición clave ya sea en el Senado, diputación federal o incluso en el Congreso del estado.
Tiene futuro.
El caso de Ignacio Mier es distinto: no ha crecido en las encuestas. Su estructura es limitada. Su valor es porque tiene todo el respaldo del secretario de Gobernación Adán Augusto López y de Manuel Bartlett. Sus operadores aseguran que será el candidato por designación presidencial, es decir, por dedazo.
Entre sus puntos positivos, la fuerza que le otorga ser líder de los diputados de Morena. Se codea con la crema y nata de Morena; es muy cercano a Mario Delgado. También cuenta su experiencia como priista: presidente del PRI, diputado federal priista por Tecamachalco y que su lealtad a Manuel Bartlett y a Enrique Doger nunca se ha puesto en duda. Tras la muerte de Miguel Barbosa reinició libremente su “precampaña” por la gubernatura. Sí puede llegar a ser el candidato por Morena si es que desde Palacio Nacional así lo determinan.
Finalmente, Olivia Salomón: ella cuenta con la amistad de Claudia Sheinbaum y de Adán Augusto López. Era de las funcionarias cercanas a Miguel Barbosa. Hizo un minidestape en su casa en La Vista. Su nombre fue borrado por la opinocracia poblana una vez que falleció el gobernador en diciembre. Una encuesta publicada por la revista Campaings and Elections la posiciona al nivel de Ignacio Mier. Sus posibilidades son que desde Palacio Nacional se determine que Puebla sea para una mujer. No hay que borrarla tampoco para la alcaldía de Puebla o incluso San Andrés Cholula.
*** Una disculpa a los lectores de los vicios ocultos.
Sé que estoy contra el tren del mame de los que pueden ser en las columnas, pero es imposible no subirse a él. Es parte de esta novela política, como diría Miguel Barbosa. Además, un poco de incongruencia no le cae mal a nadie.
