Me remito a las declaraciones del presidente municipal Eduardo Rivera Pérez, frente al dirigente estatal del PRI, en el marco de la inauguración de obras que publicita a diario en la ciudad: “es importante que las dirigencias de los partidos sean las responsables de definir los alcances de una alianza y creo que es recomendable, oportuno e importante que aceleren el paso para el estado de Puebla”.
Al parecer, al edil capitalino le corre la prisa y busca que las dirigencias estatales del PAN, PRI y PRD no sigan perdiendo tiempo en la formación de la coalición a nivel estatal. Sin embargo, sus llamados seguirán en el vació y tendrá que esperar, porque los líderes nacionales de la alianza “Va por México”, un día se dividen y al otro se vuelven a sentar para informar que siguen en unidad.
Además, andan más preocupados por los procesos electorales del estado de México y Coahuila, sin dejar de lado su defensa del INE, que lleva implícito la elección de tres consejeros electorales, la presidencia del Instituto electoral y de magistrados locales, regionales y de la sala superior del Tribunal Electoral, situaciones políticas que discutirán en la Cámara de Diputados y son fundamentales para ellos.
Ni Augusta Valentina Díaz de Rivera, Néstor Camarillo del PRI o Carlos Martínez Amador (PRD), harán algo mientras sus refrentes nacionales no les ordenen avanzar en la construcción de su alianza partidaria. A esto hay que agregar que Rivera Pérez, lo primero que debe hacer, es poner orden en su propio partido, porque su vida interna es un desastre y todos los días se golpean sus grupos internos, por los intereses que representa esta coyuntura electoral.
Bueno la propia dirigente local panista, pareciera que no existe para los blanquiazules, quiénes violentan su propia institucionalidad partidaria, mucho menos están trabajando para consolidarse como una opción electoral. En el congreso local hay dos o más grupos de legisladores; sus ayuntamientos no tienen ninguna coordinación y nada los diferencia de otros; las Juntas Auxiliares que gobiernan en el olvido y muchas de ellas muy cercanas a Morena.
El PAN no tiene agenda política y mediática ante la opinión pública, nada ofrece a los ciudadanos y ha dejado de ser un contrapeso político en la entidad. Siguen ausentes en la vida pública de la entidad y ni se diga de sus aliados, que están peor.
Si el presidente municipal, busca ser el eje principal de la coalición opositora, tendría que asumir pronto una decisión para dedicarse a conformar su propio proyecto político. De lo contrario pues lo mejor sería, que se dedicará a resolver todos los grandes problemas que reclama una gran ciudad como ésta.
Eduardo Rivera, no es ningún improvisado o un militante de la derecha electoral, que peque de ingenuo, ha estado metido en la vida social, económica y política de la entidad. Por algo regreso y volvió a ganar la capital poblana el 6 de junio del 2021, ante los errores e incapacidad de saber gobernar bien de la excandidata de Morena.
Cabe señalar hoy, que los 318 mil 424 votos que obtuvo, bajo la alianza (PAN, PRI, PRD, PCPP, PSI) ante los 189 mil sufragios de “Juntos Haremos Historia”, no son garantía de nada, para que la presunta alianza opositora pueda realmente competirle a Morena en el 2024.
Es más, sus aliados le aportaron en dichos comicios por la ciudad: PRI: 54 mil 123 votos; PRD: 9 mil 544; PCPP: 9 mil 612 y PSI: 3683 votos, en comparación con los que obtuvo el PAN: 241 mil 462 votos. De una lista nominal de un 1 millón 330 mil, 376 ciudadanos.
La confrontación para el 2 de junio del 2024, en donde se elegirá al presidente de la República, 128 senadores, 500 diputados federales, ocho gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, será entre dos bloques partidarios. Puebla no será la excepción, se confrontarán dos coaliciones y MC saldrá solo, eso lo saben muy bien.
Dudo que Eduardo Rivera, sea tan inocente como para no saber los escenarios que se avecinan y que la gubernatura poblana se gana con más de 1 millón votos, solo veamos las últimas tendencias electorales: En la elección del 2009 -10, la coalición “Compromiso por Puebla” (PAN, PRD, PANAL, PCCP) que encabezo Rafael Moreno Valle, logro 1 millón 111 mil, 318 votos. “Puebla Avanza” compuesta por (PRI, PVEM) con Javier López Zavala como su candidato, obtuvo 883 mil 634 votos y el PT con Armando Etcheverry solo logró 123 mil 634 votos.
En los comicios del 2017 -18, la alianza (PAN, PRD, MC, PCPP y PSI) logró 1 millón 152 mil 226 votos y fue encabezada por Martha Erika Alonso. La alianza (Morena, PT, PES) obtuvo 1 millón, 027 mil 429 votos, con Luis Miguel Barbosa Huerta. El PRI con Enrique Doger Guerrero, alcanzo 554 mil 767 votos. El PVEM con Miguel Chaín, solo obtuvo 153 mil 324 votos.
En el proceso extraordinario del 2 de junio del 2019, ante el fallecimiento de la exgobernadora Alonso Hidalgo, la alianza MORENA, PT y PVEM, logró 682 mil 245 votos, haciendo que Miguel Babosa Huerta ganará la gubernatura. El PAN, PRD y MC, con Enrique Cárdenas a la cabeza, solo alcanzó los 507 mil 492 votos y el PRI, se quedó con sus 281 mil 874 votos.
En estos últimos comicios la votación del PAN se redujo de manera importante, lograron como partido 414 mil 356 votos, mientras que sus aliados como MC aporto 49 mil 173 votos y el PRD le dio 43 mil 963 votos.
Si el presidente municipal, sigue muy preocupado por la conformación de su alianza electoral para el 2024, pues deberá pensar en una estrategia electoral que le de votos para poder competir y ganar, porque estos no los va a encontrar debajo de las piedras. Y más aún con su partido antropófago y los otros dos que no tienen credibilidad, las cosas no parecen ser las mejores
La derecha electoral y sus aliados poco tendrán que hacer el próximo año y los llamados de Eduardo Rivera Pérez de poco servirán. Él deberá asumir una postura política ante la falta de liderazgos que hay en ese llamado bloque opositor.
