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viernes, noviembre 22, 2024

El Analfabetismo de los Políticos

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Los políticos mexicanos —con sus excepciones notables— no leen libros: leen solapas.

O escuchan los horrorosos “audiolibros”.

Sus asesores les pasan resúmenes apretados que terminan por meterlos en aprietos.

Si un asesor lee o entiende mal, le transmitirá la errática lectura a su jefe.

Sobre todo cuando se trata de obras históricas.

Esto le pasó la noche del martes al diputado Ignacio Mier durante una conversación, en el canal de El Financiero Bloomberg, con el periodista René Delgado.

Estaban hablando del senador Ricardo Monreal, y del dilema político que enfrenta —entre irse o no irse de Morena—, cuando el diputado hizo una analogía temeraria ligada al emperador Julio César y su encrucijada de cruzar el Rubicón: un río convertido en frontera natural entre la Galia e Italia.

Todos sabemos lo que significó ese acto de César: el inicio de la guerra entre éste y Pompeyo, enloquecido oligarca que dominaba el Senado romano.

César ni siquiera menciona el cruce del río Rubicón en sus escritos por motivos que algunos consideran ideológicos.

En un momento de la entrevista, el diputado Mier le dice a Delgado:

“El Rubicón… siempre es bueno leerlo para tomar decisiones y reflexionar”.

César, repito, jamás escribió sobre el tema.

Quienes sí lo hicieron fueron Suetonio y Plutarco.

El primero en La Vida de los Doce Césares.

El segundo, en Vidas Paralelas.

No hay un libro clásico llamado “El Rubicón”, a no ser que el ex diputado e intelectual Sergio Mayer lo haya escrito.

 

Cruz Lepe: Bueno y Tonto. Jorge Cruz Lepe, secretario de Gobernación de Eduardo Rivera Pérez, sigue cometiendo tonterías.

Incluso en el círculo más cercano del alcalde hay molestia en contra de aquél.

¿En qué estado espirituoso del alma se encontraba, por ejemplo, cuando profirió las siguientes palabras?

 “De hecho, tenemos dos o tres personas nuestras dentro de los colectivos (feministas) desde el 8 de marzo. Ellas tienen el tacto y el pulso, y, precisamente, entrar en los colectivos en donde te lo permiten. Los colectivos más renuentes a recibir gente son porque tienen un mayor grado de radicalidad, pues no han permitido ni siquiera el ingreso. No puede entrar cualquiera de nosotros. Soy un fiel creyente que este tipo de movimientos ha ido creciendo y superando expectativas. Marcharon recientemente unas siete mil”.

Quizás en un estado similar al de cuando ordenó parar la instalación del templete en el zócalo hace unos días.

La gente se sigue preguntado:

¿Estaba loco?

¿Estaba pendejo?

¿Estaba loco y pendejo?

Mi conclusión es una, y la tomé prestada de Tito Monterroso:

El señor Cruz Lepe no es malo.

Sólo es tonto.

Repito para el hipócrita lector lo que escribí hace algunas semanas sobre él:

Los malos y tontos son los que lo mantienen en Gobernación después de haber dicho lo que dijo.

Yo, hoy por hoy, mantengo la vigencia del tuit que solté a las 16:19 del viernes pasado:

“He llegado a la conclusión de que a Jorge Cruz Lepe hay que saludarlo con esa frase del Marqués de Bradomín: ‘¿Sois alma en pena o hijo de puta?’

“Ya sabemos la respuesta”.

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