Con la finalidad de establecer responsabilidades a los servidores públicos que integran a las filas de las policías municipales a delincuentes, el gobernador Miguel Barbosa Huerta propondrá al Congreso del Estado reformas en materia de seguridad pública para impedir que “los más malos” ocupen mandos policiacos en los ayuntamientos o en el estado.
El mandatario dijo que los delitos que se cometen en el territorio son responsabilidad —evitarlos, perseguiros y sancionarlos— de una coordinación entre los tres niveles de gobierno; sin embargo, los esquemas de proximidad corresponden a las policías municipales.
“Por eso son policías que están en un municipio y desde luego que hay que establecer sobre la responsabilidad de los servidores públicos que integran una policía municipal y contratan delincuentes”, señaló Miguel Barbosa.
Lo anterior luego de que diera a conocer que uno de los policías que fueron asesinados en Chignahuapan, que tenía un rango dentro de la policía municipal de Chignahuapan, contaba con una orden de aprehensión por homicidio calificado.
Miguel Barbosa criticó que los ediles se deslinden de los actos delictivos que ocurren en sus municipios, pues se trata de un asunto de proximidad combatir los delitos que se cometen en sus territorios.
Por ello, adelantó que las reformas en las que trabajará su administración tienen que ver en con establecer responsabilidades a las autoridades que están encargadas de las corporaciones de seguridad pública.
Lo anterior ya que, en el caso de Chignahuapan, uno de los policías asesinados ya había desempeñado un puesto en la administración anterior, por lo que cuestionó que con antecedentes penales, que incluso llevaron a liberar una orden de aprehensión en su contra, haya sido contratado por la actual administración.
“Es un asunto muy delicado que debemos resolver en los municipios, la policía no es la persona de mayor altura de conocimientos y de investigación, sino el más malo de la comunidad, el transgresor más famoso, ese es el policía y eso hay que corregirlo”, apuntó.
El alcalde de Chignahuapan, Lorenzo Rivera —quien se ha vuelto promotor de su homólogo de la capital, el panista Eduardo Rivera Pérez— ocultó la información sobre el elemento policiaco; no obstante, el gobernador la puso al descubierto el pasado lunes en la conferencia matutina.
“Sale una orden de aprehensión y el gobierno del anterior alcalde de Chignahuapan le da el cargo de director de Seguridad Pública, el mando más alto en esta materia, y ahora este ayuntamiento lo pone para encabezar un grupo de operaciones especiales”, recriminó Miguel Barbosa.
El titular del Ejecutivo dijo que se debe actuar ante esta situación porque “no es un asunto que ya ocurrió y ya, ya murió”, ya que se deben señalar responsabilidades por la actuación de las autoridades municipales que permitieron su involucramiento.
El pasado lunes, Barbosa Huerta reconoció que Chignahuapan se convirtió en un “lugar complicado” desde hace algún tiempo por la migración de las bandas de huachicol a la región, pero se han podido desmantelar bandas que se dedicaban a cometer delitos en la región, aunque algunas células quedaron asentadas en este municipio.
Con extrañeza, el titular del Ejecutivo refirió que uno de los policías asesinados que tenía un rango dentro de la policía municipal de Chignahuapan, contaba con una orden de aprehensión por homicidio calificado, sin embargo, indicó que independientemente de dicha información se actuará con rapidez en aquella región de la Sierra Norte.
