Un informe plagado de inconsistencias, omisiones sobre las denuncias de corrupción y quejas ciudadanas, así como mentiras respecto a la actuación del gobierno municipal en tragedias como la explosión de San Pablo Xochimehuacan, fue el que rindió el alcalde panista Eduardo Rivera Pérez por su primer año de gobierno y que representa el tercero realizado en solo en un año al frente del Ayuntamiento de Puebla.
El alcalde presentó un refrito de sus promesas de campaña y primeros dos informes por 120 y 240 días, sin mencionar una sola palabra sobre los escándalos que han marcado su gestión: la entrega de una concesión de parquímetros a sus allegados adheridos a la organización Nacional de El Yunque, el fracaso en su propuesta del cobro del Derecho de Alumbrado Público (DAP), que buscaba incluir hasta a terrenos baldíos, o el récord de multas de tránsito que han incrementado hasta 300 por ciento.
Mucho menos se hizo alusión a su exsecretario de Desarrollo Urbano acusado por violencia de género, el fallido intento de concesionar hasta por 15 años los servicios de tratamiento y recolección de basura, la publicidad en paraderos del transporte público o los gastos superfluos de hasta 4.5 millones de pesos para adquisición de galletas y refrescos.
Qué decir de la contratación de deuda pública que se solicitó al Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras) aun cuando se tenían más de mil 300 millones de pesos en las arcas municipales, la autorización de sueldos estrafalarios para el alcalde y su gerente municipal por hasta 110 mil pesos o la entrega de un contrato de alumbrado público con sobrecosto.
En su lugar, el alcalde prefirió presumir que fueron los primeros en responder a la explosión en un ducto de gas en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, aunque fue el mismo gobernador de la entidad quien evidenció que el Ayuntamiento no apoyó con la reparación de daños a las familias afectadas.
El informe de 365 días de gobierno de Rivera Pérez se caracterizó por un falso discurso sobre un Cabildo plural, en el que, de forma contradictoria, los regidores de Morena no tuvieron oportunidad de contrastar los supuestos resultados del Ayuntamiento de Puebla y, de forma reiterada, a lo largo del año han sido ignoradas sus propuestas en sesiones de Cabildo bajo la mayoría calificada del munícipe.
El cónclave de este lunes contó con la presencia del gobernador Miguel Barbosa Huerta, quien evidenció de forma sarcástica que, aunque el edil presume acciones de seguridad en coordinación con el estado, es la Secretaría de Seguridad Pública estatal la que se enfrenta de manera frontal a los delincuentes y los municipios únicamente se suman: “hoy te voy a decir que sí a todo”, expresó el morenista.
Dejó en claro que el gobierno estatal también comanda con los municipios acciones en materia de Protección Civil, servicios de recolección de basura, suministro de agua, salud y educación, mientras que por el contrario, el Ayuntamiento de la capital ha hecho caso omiso a la recomendación del gobierno estatal de contar con su propio cuerpo de bomberos y es el estado el que atiende en su totalidad este servicio.
Barbosa Huerta dejó en evidencia la sumisión del alcalde durante su primer trienio hace ya más de 10 años, al recordar que Rafael Moreno Valle pisoteó al edil al retirarle más de 600 policías que vigilaban al municipio de Puebla y además lo excluyó de eventos oficiales de entrega de obras que eran impulsadas tanto por el gobierno estatal y municipal.
“Hoy ningún municipio del estado de Puebla es presionado por el gobierno del estado; nunca he descolgado el teléfono del presidente Eduardo Rivera para hacerle una recomendación, jamás. Menos para amenazarlo, como sí fue objeto de ello en su anterior gestión, lo digo claramente y con mucho respeto (…) Eres libre, Lalo, ¿ya te diste cuenta?, la primera vez que es libre siendo alcalde”, ironizó el morenista.
En el discurso, Huerta también se dio el tiempo para corregir la plana al coordinador de regidores, Carlos Montiel Solana, al rectificar que los informes de labores de los alcaldes dejaron de ser desde hace mucho tiempo actos ciudadanos, toda vez que son actos políticos.
Al mismo tiempo que emanaron estas palabras, señaló directamente a las butacas donde estaban sentados los líderes nacionales de los partidos que impulsaron al alcalde y hasta se dio la oportunidad de bromear al respecto: “cuánta densidad política, hasta se está haciendo este Centro de Convenciones”.
La declaración del gobernador se confirmó con la advertencia del alcalde, quien dejó entrever que pese a los actos anticipados de campaña que ha denunciado el mandatario estatal, estará atento a que pueda promocionarse electoralmente con miras al 2024.
“Un político debe estar preparado para los retos por venir y yo soy un hombre de lucha que siempre está listo para afrontar las batallas que vengan. Dios y el tiempo abrirán el camino y los ciudadanos siempre tendrán la última palabra”, apuntó.