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viernes, noviembre 22, 2024

El ¿boicot? panista a la reforma judicial

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Son solo cuatro panistas. No tienen un argumento sustentado para oponerse y prefirieron colgarse de la opinión de su columnista consentido que, a su vez, es el dictado del presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez. Los cuatro se han reunido para conspirar y soñar que pueden acabar con el barbosismo y, de paso, llevarse al PRI en los pies.

Los conspiradores son Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, presidenta estatal del PAN; los diputados locales Mónica Rodríguez Della Vecchia y Rafael Micalco Méndez; así como la diputada federal Ana Teresa Aranda Orozco.

¿Qué planean? Una locura.

Hace unos días, al interiordel PAN se vivió un cónclave para definir la posición del PAN respecto a la Reforma al Poder Judicial que presentó el gobernador Miguel Barbosa Huerta ante el Congreso del estado. Una iniciativa vanguardista, orientada al ciudadano y que rompe con el poder unipersonal que existe al interior del Tribunal Superior de Justicia y los vericuetos de la corrupción.

En la reunión, Augusta Valentina advirtió que la discusión y aprobación de la reforma será utilizada para exigir al PRI poblano definir una posición respecto a la coalición Va por Puebla que pretenden impulsar para 2024. “Hay que ver de qué lado están
de una vez”, exclamó la dirigente estatal en un amago por sumar aliados en su intentona.

La conclusión de Díaz de Rivera estaba condicionada, en una buena medida, por la opinión de Mónica Rodríguez y Rafael Micalco, quienes repitieron textualmente la “opinión” de Rodolfo Ruiz Rodríguez, director de e-consulta: que se pretende imponer la iniciativa, que se invade la esfera del Poder Judicial, pues dan al Congreso local la facultad para destituir a los magistrados; que no se ataca la corrupción y que es una forma para que el barbosismo se apodere de la institución.

A su vez, Ana Teresa Aranda anunció que contaba con un análisis realizado por su achichincle Víctor León Castañeda, el cual les proporcionaría para fortalecer el rechazo.

Por la insistencia de Mónica, Rafael y Ana Teresa, la dirigente del PAN (que también es articulista de e-consulta) se redactará una carta que se enviará al Congreso del estado a través de la cual el “partido” expondrá sus dudas y adelantará su postura.

El problema es que el cuarteto de ignorantes propuso fijar una postura de rechazo sin siquiera analizar, debatir y menos argumentar en comisiones sus diferentes puntos de vista sobre la reforma. En otras palabras: A falta de oficio político, comenzaron por el final.

Lo peor: Una postura en ese sentido provocará que en el PRI se cansen de tanto amago y les abran un boquete que los llevará inexorablemente a perder en 2024. Augusta Valentina tal parece que no ha entendido que el blanquiazul solito no tiene oportunidad de ganar.

Además de la resistencia de estos cuatro, que en realidad tienen el impacto en dos votos de dos legisladores locales que siempre votan contra todo, un punto sale a la luz sobre las grietas que enfrenta el panismo local: Las decisiones que definen su vida partidista y política son tomadas por un grupúsculo que no representa al panismo en su conjunto ni tienen el respaldo general.

Augusta, Mónica, Micalco y Ana Teresa comparten un punto en común: responden a los dictados de la cofradía confesional del Yunque, la versión actualizada de los cristeros locales; y buscan incidir de alguna manera en la discusión pública debido a que están en un grado de marginalidad política.

El rechazo de Micalco y Mónica, por ejemplo, ocurrió después de que la bancada del PAN en el Congreso del estado se reuniera en el epicentro del poder como parte del natural cabildeo para la reforma. Ambos no estuvieron presentes a pesar de que fueron convocados y decidieron trasladar la manifestación de sus agallas muy lejos del gobernador de Puebla.

Pero lo que realmente destaca es el extraño papel de Augusta Valentina.

Tanto Micalco como Rodríguez Della Vecchia forman parte del equipo político de Herberto Rodríguez Regordosa, funcionario de la UPAEP y príncipe de la rancia ultraderecha, quien es el encargado de hacer frente a las aspiraciones de Eduardo Rivera Pérez rumbo a 2024.

¿Por qué la presidenta del PAN les da tanto juego si son los enemigos políticos de su líder moral y principal responsable de que ella este ese cargo?

La otra incógnita es ¿por qué el líder moral de Augusta Valentina no ha metido orden para respaldar la reforma más importante en todo el sexenio de Miguel Barbosa?

La explicación a esta última pregunta podría encontrarse en un escenario que se cocina al interior del Ayuntamiento de Puebla: Sabedor de que está próximo el rompimiento con el gobernador, como parte de la dinámica con miras a la elección de 2024, el alcalde Eduardo Rivera pretende ver nada más por lo suyo.

Me explico: El edil tiene paradas las concesiones del Servicio de Recolección y Disposición Final de Residuos Sólidos; y la enajenación de espacios publicitarios en paradas de transporte, vallas y pendones. Ambas resultan importantes para la gestión municipal debido a que la primera puede derivar en un conflicto social si no se resuelve correctamente; mientras que la segunda es un auténtico negocio que lleva la lógica recaudatoria que tanto le encanta al munícipe.

Así pues, ante la evidente ruptura entre el edil y el gobernador, el primero pretende sacar provecho de la relación y obtener sus concesiones. No ha mandado la instrucción de respaldar la reforma judicial porque eso le significaría problemas al interior del PAN y no pretende desgastarse, sobre todo si ya no habrá punto de retorno en la relación con Casa Aguayo.

No hay decisión en el PAN estatal que no pase por la tabula rasa del Ayuntamiento de Puebla, así como tampoco hay disposición del principal operador político del alcalde, Pablo Montiel Solana, por intervenir a favor de un acuerdo que beneficie a todos. Chiquito como es políticamente hablando, el yunquista sabe que entre más conflictos genere Augusta Valentina más la aleja de la candidatura a presidenta municipal.

Todo, como comprenderá querido lector, se reduce a un vil asunto de oportunismo y malicia.

En el epicentro del poder queda claro que la reforma no saldrá por unanimidad, pero sí por una muy amplia mayoría de legisladores. Así que los pataleos de este cuarteto de ignorantes son parte del circo político panista y marginal.

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