Un niño con una discapacidad cognitiva, se subió al estrado del Vaticano por su cuenta y conversó en privado con el papa Francisco, a quien le pidió su solideo.
El niño de 10 años tocó su solideo de seda blanco el cual portan los Papas y se lo pidió varias veces.
Debido a que el niño estaba algo inquieto, el Papa Francisco lo tomó de las manos, le sonrió y conversó un rato con él.
Cuando el chico se calmó, ante la mirada divertida del Papa y sus asistentes, se sentó en una silla reservada a los cardenales.
Durante la bienvenida el niño subió y bajo del estrado hasta que los asistentes de la misa le regalaron un gorrito de la colección del Papa.
Con información de Diario Cambio
Fotos: Pixabay