|Roberto Cortez Zárate
Ciudad de México.- Presentase ante un público a desnudar sus fantasías, deseos y, sobre todo, un trabajo que se ha ido refinando a punta de pluma y tinta, es uno de los retos que tiene que asumir Norma Fuentes Garduño cuando lee en voz alta sus relatos eróticos.
En su labor como escritora, Norma ha logrado superarse en aspectos personales e intelectuales, con lo que ha logrado una evolución como escritora y como persona, circunstancia que pondrá de manifiesto el próximo sábado, en el Museo de Culturas Populares de Coyoacán, donde tendrá una presentación.
“Una cosa es escribirlo, que ya esté en la antología, una se expone, se muestra vulnerable, pues está tu nombre, lo que pensaste, que sentiste; de ahí a leerlo en público es exponerte doblemente”, explica.
La escritora, quien está titulada como Psicóloga Educativa, recuerda que, en alguna ocasión, a una de las presentaciones acudió una de sus compañeras, que en ese momento tenía 80 años de edad. Salió anunciado que participaría y al lugar se presentó un señor de la tercera edad para tratar de conquistarla.
“Te ves expuesta este tipo de cosas. Parece que escribir relato erótico implica una disponibilidad sexual y no es así. Te tienes que mostrar y tienes que hacer frente a ese tipo de situaciones y esa es una manera de mostrar tu evolución.
“Algunos temas pueden ser políticamente incorrectos, pero hay que diferenciar la ficción de la realidad. Como escritoras, la autocensura es algo que no se deben permitir, porque limita la creatividad”, comenta.
LA CUARTA ANTOLOGÍA DEL TALLER
En la antología Manzana de Lilith, de la que forma parte Norma, la sexualidad y el erotismo narrados con pluma de mujer son expuestos al público a través de 26 relatos fruto del Taller de Cuento Erótico para Mujeres, coordinado por la escritora Artemisa Téllez.
Se trata de la tercera antología en la que participa luego de haber ingresado en 2010 al taller, luego de haberse interesado en escribir al acompañar a una amiga. El anuncio decía que se trataba de un taller de literatura para mujeres lesbianas, circunstancia que le provocó un poco de inquietud.
“Artemisa dijo que nadie acompaña a nadie, así fueras un día o dos te toca tomar la clase. Ese día la tomé y me pareció interesante. Toda esa inquietud se fue desvaneciendo a lo largo de la clase. Me cuestioné si sería capaz de escribir un cuento, pues yo no me consideraba escritora. Podría ser, por qué no, me dije y de ahí llevo en el taller, de manera intermitente 12 años en el taller”, recuerda.
Norma ha participado en las antologías La Pluma del Deseo, Nacidas de Eros y Manzana de Lilith, pero las integrantes del taller publicaron una más titulada De la Boca de Venus. Todo el trabajo es autogestivo y con un tiraje limitado a mil ejemplares.
“En estas cuatro antologías ha prevalecido la comunidad, la construcción colectiva de las mujeres. Donde nos guía Artemisa para la edición. Se ha ido puliendo: de la primera a la cuarta hay reglas muy claras a las que nos sujetamos”.
ROMPER LA AUTOCENSURA
En los seis cuentos que ha publicado bajo este esquema la escritora ha notado una evolución en su estilo derivado de la práctica y de la experiencia como participante en el taller que coordina, desde 2006, Artemisa Téllez.
“He participado en tres antologías. En este camino, hay dos procesos: uno el personal en donde noto mi evolución en los temas que me atrevo abordar en estos cuentos, que van desde muy ingenuos los primeros hasta los más recientes. Veo una evolución en cuanto a los temas que abordo, en la segunda y en esta cuarta.
“Uno de los cuentos no me atreví a publicarlo en la segunda antología, apliqué la autocensura que es el mayor obstáculo que tenemos como escritoras. Escribí el cuento, lo dudé y no lo públique en Nacidas de Eros. Cuando se da esta posibilidad de esta tercera antología, me armé de valor y lo propuse para su publicación”, comenta.
En opinión de Fuentes Garduño, dejar de autocensurarse sobre el tema que aborda en el relato es uno de los elementos en su evolución, al mismo tiempo que el uso de palabras diversas para nombrar las partes de cuerpo que a algunas personas les pueden parecer vulgares.
COLECTIVAS Y FEMINISTAS
En 128 páginas, Manzana de Lilith ofrece 26 historias ficticias de situaciones que derivan en encuentros que pueden escandalizar a las buenas conciencias, con lo que las autoras logran tocar las fantasías de quien las lee.
“Son diversos puntos de vista de cómo se vive el ejercicio de la sexualidad, de cómo se experimenta el erotismo. Desde mujeres que abordan temas como la relación entre mujeres, la relación hombre-mujer, la relación con otros objetos de deseo sexual, que la final son un conjunto de relatos diversos que confluyen o coinciden en que son escritos por mujeres en un espacio donde convergen sus intereses, sus habilidades, sus divergencias y logran plasmarlo en esta antología”, explica Norma.
Se trata de un manifiesto a la libertad en el que las 13 autoras, de diversas edades y actividades, como psicólogas, maestras, politólogas, amas de casa o médicas, permiten al lector explorar historias en las que se presentan expresiones del erotismo desde variadas perspectivas, que en opinión de Norma son absolutamente feministas.
“Es un espacio colectivo de mujeres para mujeres donde, desde mi experiencia, es el espacio más feminista por el que yo he transitado”, sentencia.
El próximo sábado, a las 17:00 horas, en el Museo de Culturas Populares, Miguel Hidalgo 289, Coyoacán, las autoras Norma Fuentes Garduño, Ana Mirabal, Fernanda Meraz y Abihail Rueda Martínez leerán en voz alta sus cuentos y llevarán algunos ejemplares para la concurrencia, pues su distribución se da exclusivamente en estas presentaciones.
En la presentación, participarán Artemisa Téllez, la autora intelectual de esa venturosa complicidad entre mujeres; Fátima Bal Gos, quien será la presentadora, y Miriam Cruz Montiel, quien moderará la mesa.