Alrededor del proceso de licitación por 15 años de las concesiones de recolección y disposición final de residuos sólidos, la presidenta estatal del PAN, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, está abiertamente por jugar las contras a su jefe político y responsable de que llegara al Comité Directivo Estatal, Eduardo Rivera Pérez.
La historia no tiene desperdicio.
Siendo regidora del PAN en el Cabildo de Puebla, controlado por la morenista Claudia Rivera Vivanco, Agusta conoció de primera mano la solicitud que la empresa RESA SA de CV presentó al Organismo Operador del Servicio de Limpia (OOSL) del municipio de Puebla para se aprobara una prórroga anticipada del contrato por 15 o 30 años más.
La petición fue presentada el 17 de septiembre de 2020 y fue analizada por las diferentes comisiones, aunque nunca se tuvo una postura oficial al respecto. Eso significó que el gobierno morenista decidió correr el problema a la siguiente administración, es decir, a la Rivera Pérez.
Derivado de un interés poco usual y sin especialista en la materia, Díaz de Rivera Hernández, con el apoyo Luz Del Carmen Rosillo Martínez -ambas integrantes de la cofradía confesional del Yunque-, presentaron en una sesión extraordinaria un informe que solicita al Consejo Directivo del OOSL que tome en cuenta el análisis presentado por un auditor certificado por la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) sobre las condiciones en las que operaba el concesionario y el relleno sanitaria de Chiltepeque.
La hoy dirigente estatal del PAN omitió explicar en esa ocasión (23 de julio de 2021) era el que estudio databa de 2012, es decir, tenía una antigüedad de ocho años, por lo que su vigencia estaba más que rebasada, además de que el dictamen fue contratado por la empresa concesionaria.
Ante la supuesta evidencia encontrada, Valentina Díaz de Rivera solicitó al Cabildo de Puebla retirar la concesión a RESA por el evidente incumplimiento al contrato.
¿Por qué tanto interés de la panista conservadora en inmiscuirse en la concesión de basura? El origen podríamos encontrarlo en 2019 cuando la regidora realizó un viaje por Europa como parte de sus actividades de la Comisión de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente.
Fue en esa travesía cuando entró en contacto con la controvertida delegada panista Anahí Romero Alonso, quien después de un paso desastroso por las oficinas en Puebla de la Sedesol y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, decidió tomar un break en la política.
En ese tiempo, Anahí conoció el amor y se casó con un ciudadano español. Junto crearon la empresa AIGUA-R, dedicada a la gestión ambiental, cabildeo y vinculación entre instituciones de gobierno y la iniciativa privada.
Al regresar de Europa y enterarse de la petición de RESA SA de CV de prorrogar su contrato hasta 30 años, Augusta Valentina supo que era su oportunidad y comenzó con su escalda en contra de la concesionaria a fin de debilitarla y sacarla del nuevo proceso de licitación.
La dirigente estatal del PAN estaría muy interesa porque la concesión se entregada a la empresa española Creating a Better World SL, la cual mantiene vínculos con AIGUA-R. Sin embargo, no existen constancia que esa firma hayan desarrollado inversiones superiores a los 100 millones de dólares.
Hasta donde se sabe, AIGUA-R y Creating han participado con otras firmas especializadas en la Unión Europea a fin de implementar procesos tecnológicos.
Así que cada vez que escuche a Augusta Valentina exigir la cancelación de la concesión a la empresa RESA, no olvide que ella también está en el juego de presionar para poner a su compañía lo que se traduciría en beneficios muy específicos.
¿Sabrá Eduardo Rivera que la dirigente estatal que impuso en el PAN le está jugando las contras y pretende descomponer el escenario a fin de resultar beneficiaria?
No cabe duda, una auténtica historia de Kramer contra Kramer.