Vaya ridículo el que protagonizó el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Alejandro Cárdenas Moreno, alias Alito, luego de que difundió el siguiente tuit: “¡Me niego a aceptar un México en el que normalice la violencia! Ahora una balacera en un Centro de Salud de Puebla, en donde decenas de menores de edad acompañados de sus padres esperaban para ser vacunados contra la Covid. La ineptitud de Morena es una desgracia para México”. Nadie le avisó al líder priista que el suceso ocurrió en la capital poblana, en la cual son cogobierno tras la alianza que forjaron con Eduardo Rivera Pérez. Así pues, la ineptitud que reprocha recaería en al alcade panista y su administración. El mensaje también deja ver que Lalito de Rivera podrá ser el consentido del PRI para la gubernatura, pero con esos aliados no podría tener peores enemigos. Hace unos meses, Alito vino a Puebla a destapar a Rivera Pérez para la gubernatura y ahora comete el desliz de difundir nacionalmente un suceso que ocurre en su territorio y del que el panista es responsable de combatir y sancionar. ¡A pues qué aliados tan extraños! (Por cierto: Qué vergüenza que el gobierno del estado tenga que intervenir para solucionar conflictos delictivos de la capital ante la ineptitud del yunquista Rivera. Y así quiere ser gobernador).
En el IMSS la bomba ya estalló
Los desperfectos en el sistema de elevadores del hospital regional La Margarita, del IMSS, es solo uno de los tantos escándalos que pacientes, médicos y personal han tenido que padecer ante al excesiva saturación del nosocomio. El origen se encuentra en la anomia de las autoridades federales para dar prioridad a la construcción de un nuevo hospital tras el colapso de San Alejandro, a consecuencia del sismo de 2019. Los derechohabientes que eran atendidos en ese inmueble fueron repartidos a diferentes nosocomios, pero la mayoría fue trasladada a La Margarita que ya funcionaba con carencias de todo tipo. La única forma de paliar el actual problema es con la construcción de un nuevo hospital, pero es ahí donde la puerca torció el rabo, ya que no existe voluntad política de Zoé Robledo, director general del IMSS, para atender esta grave necesidad. Y si a eso le sumamos la penosa actuación de la delegada Aurora Treviño García que no ata ni desata, pues la situación se vuelve cada día más compleja. Por cierto, nadie puede acusar a los diputados federales del PAN por la capital poblana Genoveva Huerta Villegas, Carolina Beauregard o Mario Riestra Piña de utilizar políticamente el tema, ya que desde su campaña electoral en 2021 pusieron como una de sus prioridades la gestión y búsqueda de construcción de un nuevo hospital. Denunciar lo que ocurre es solo una de sus tantas atribuciones. Lucro sería de un día para otro se montaran en el tema, lo cual no es así.
Olimpia lo volvió a hacer
Hace unos días, la alcaldesa de San Pedro Cholula, Paola Angón Silva, reveló los entretelones del conflicto en la prestación del servicio de limpia y solo queda una conclusión: La empresa Olimpia podrá tener la experiencia del mundo, pero carece de la mínima sensibilidad para ofrecer un servicio tan indispensable para una ciudad. Las primeras denuncias de actitudes casi mafiosas ocurrieron hace años en Tehuacán, en donde el municipio tuvo un retraso de pagos, la empresa no tuvo misericordia y suspendió las actividades. Los montones de basura y focos de infección se propagaron por todo el municipio. El caos derivó en un conflicto social y hasta electoral. Fue hasta que hubo una nueva renegociación del contrato, cuando las aguas se calmaron. Al llegar al ayuntamiento sampetrino, la panista Paola Angón se encontró con un adeudo de 24 millones de pesos con la empresa y pese a que hubo disposición de negociar para cubrir los pasivos, la cerrazón de Olimpia provocó que el caos se apoderara del municipio. Lo que la empresa no tenía en cuenta es que estaban frente a una mujer bragada que ante la posición de chantaje de la empresa tomó al toro por los cuernos y asumió la prestación de servicio. Cuando Olimpia cayó en cuenta que corría el riesgo de caer en incumplimiento de contrato, entonces, envió a sus flotas a recoger los desechos. Eso derivó en una guerra entre trabajadores de la Comuna y de la empresa que se arrebataban la basura. La cancelación del contrato aún se encuentra en litigio, pero el servicio fue recuperado por el ayuntamiento. Hay algunas fallas, como lo reconoció la alcaldesa, pero ya existe certeza de que los trabajos no suspenderán. Ahora solo falta corregir lo que sea necesario.