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jueves, noviembre 21, 2024

Martino tendrá que delegar

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A 5 meses del inicio del mundial, mala cara nos da el representativo nacional. Tomen una cancha imaginaria y divídanla en 3 a lo ancho. En esos tres sectores en los que nominalmente se desenvuelven defensas, medios y delanteros, no existe la conexión necesaria como para no tener dudas en el funcionamiento. Después, en forma vertical, dividan la misma cancha en tres y el resultado será lo mismo: cero conexiones por el lado derecho, por el centro o por el izquierdo. El resultado es que el equipo nacional, después de tres años y medio, no logra tener un estilo y menos un entendimiento mediano como para pensar en un decoroso mundial. 

Los por qués de este pensamiento son varios: la necedad del 4-3-3 que va de la mano en la alineación de los diferentes onces iniciales, en los cuales ningún jugador, ni por mucho, actúa de forma igual que en sus equipos de origen. Observen las posiciones y las funciones de los 30 o 40 jugadores utilizados en el proceso, en sus equipos, y nada tiene que ver en las posiciones y funciones dentro del equipo nacional. El ejemplo más notorio es Álvarez, del Ajax de Los Países Bajos. En ese equipo juega de medio por derecha, con salida y pisando constantemente el área, pero siempre, detrás de él existe una contención central presta para su apoyo, cuidando su espalda. En la selección, juega de contención por el centro y, en su tipo de juego, abandona constantemente esa posición dejando muy desprotegido a su línea defensiva, porque así lo hace en el Ajax. Así podría dar el ejemplo de los otros 39, pero para muestra basta un botón. 

Otro por qué de esta no conexión es la baja de juego en general de los integrantes, propiciado por acuerdos no escritos en cuanto a las preferencias del técnico: tú no hagas olas y yo respeto tu lugar mundialista. Esto elimina la libre competencia y la superación deportiva. Tenemos jugadores que hoy en día expresan en la cancha mejor nivel que los que están, pero tienen el problema de no integrar el pacto con el técnico. 

Para el primer por qué, no hay solución. Los técnicos somos tercos y nos encanta morirnos con la nuestra, aunque esta muerte ocasione la decepción de millones de aficionados. 

Para el segundo por qué, el señor Martino tendrá que delegar en los diferentes técnicos de sus jugadores nominados y rezar que tengan una buena pretemporada y un mejor torneo en su forma individual. Si las oraciones le llegan al gran Barbas, podremos tener un once sin entendimiento, pero en una mejor forma física-técnica sobre la cancha. A la selección le queda una fecha FIFA, más dos partidos solo con jugadores que participen en la Liga MX, más un juego ya con todos los nominados, que son los que juegan en Europa y que por FIFA se pueden integrar hasta el 15 de noviembre. De éstos son no menos de 9, y que jugarán el 17 del mismo mes en Girona. Después de esto a debutar en el mundial. 

Los defectos de nulo estilo y nulo funcionamiento no se podrán ocultar en ese pequeño tiempo. El gran problema que se tiene en balón parado y la falta de coordinación de los defensores, el añadir a un defensor por fuera para asociarse con el atacante del mismo lado, el abrir la cancha para después ocupar espacios por el centro, el retroceder un atacante y no dejar la media cancha con solo 3 elementos, son algunos de los muchos problemas que ya el tiempo no te permite solucionar en una actividad 100 por ciento asociativa. 

También podría el señor Martino dar tareas individuales a sus jugadores, brincándose las tareas que sus diferentes técnicos les asignen, pero, ante la premura de la competencia, bien valdría la pena que los jugadores buscaran un tiempo en su actividad diaria y pulieran de forma individual lo que están dejando de hacer: enfrentamientos 1 vs 1, pasar el balón al área y dejar de centrar, rechaces más largos, cambios de juego precisos, cambios de ritmo después de media cancha, marcas más perrunas dentro del área, remates desde cualquier punto del área, etcétera. 

Se perdió mucho tiempo, tanto como los 3 años del proceso. México no dio el salto de calidad que se pretendía. El mundo seguirá sin enterarse cuál es el estilo del fútbol mexicano, el jugador perderá la oportunidad de manifestar lo mucho que tiene y el aficionado, lo más valioso del equipo nacional, tendrá que ahogar sus penas ante el humo que ya empezaron a soltar por el próximo mundial 2026; del 2022 ya se vendió todo y más de lo que había en bodega, entonces, como el comercio no para, y tomando el ejemplo de las ventas nocturnas previas a las temporadas navideñas, comienza la venta 2026. El fútbol, los jugadores y la afición: ¿Qué es eso? 

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