Una de las cosas positivas que nos dejó la pandemia de la Covid-19 es una mejor vigilancia epidemiológica que nos mantiene alerta ante nuevos brotes de enfermedades o apariciones irregulares de virus alrededor del mundo.
Además, toda esta información llega rápidamente a todo el mundo gracias al Internet, específicamente las redes sociales. Y aunque éste puede ser un gran punto de partida para mantenernos informados, también existe el peligro de consumir y compartir noticias falsas.
Actualmente nos enfrentamos a la infodemia: una cantidad excesiva de información, que en algunas ocasiones es correcta, pero en otras no, lo que hace más difícil que encontremos referencias confiables.
Por eso, hoy más que nunca, es importante verificar las fuentes de nuestra información, hacer una pausa antes de compartir una nota y no entrar en pánico para así poder combatir la desinformación.
Durante estos últimos meses se han identificado 4 enfermedades que han generado una alerta epidemiológica mundial y de las que también hay mucha información circulando en redes sociales:
- La viruela del mono, que no es una enfermedad nueva y se detectó por primera vez en los seres humanos en 1970 en la República Democrática del Congo. Esta rara enfermedad es ocasionada por virus que se transmiten de animales a personas, que produce síntomas similares a los de la viruela, aunque menos graves.
- La enfermedad “mano-pie-boca” provocada por el virus Coxsackie, que es una infección comúnmente asociada a la onicomadesis, que es la separación o el despegamiento indoloro, sin inflamación de las uñas. El nombre de este virus proviene de la ciudad del estado de Nueva York donde fue aislado por primera vez en 1948.
- El síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés) que es una enfermedad respiratoria grave que involucra principalmente al tracto respiratorio superior que se reportó por primera vez en Arabia Saudita en 2012.
- El brote de hepatitis infantil aguda a nivel mundial que, a diferencia de las enfermedades mencionadas anteriormente, no es provocada por un virus conocido y su origen sigue siendo desconocido. Ya sabemos con certeza que no se trata de ninguno de los virus que normalmente provoca la hepatitis y existe la hipótesis de que podría tratarse de una coinfección de adenovirus y Covid, pero aún hacen falta datos para poder confirmarla.
Hoy parece ser que hay brotes de nuevas enfermedades cada semana, pero lo que pasa en realidad es que estas enfermedades ya existían. Lo que está ocurriendo es que ahora es más fácil mantenernos informados, aunque también corremos un mayor riesgo de encontrar información falsa.
Con el aumento de la vigilancia epidemiológica hay que entender que estas noticias estarán circulando con mayor frecuencia y aunque este fácil acceso a la información nos puede ayudar a estar enterados, será necesario que verifiquemos que el contenido que consumimos o compartimos sea verídico.
La desinformación y las noticias falsas se esparce tan rápido como un virus y también cobran vidas humanas.