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sábado, noviembre 23, 2024

El periodismo y la lucha entre el olvido y la memoria

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Los momentos periodísticos son cortos, las noticias son rápidas, la memoria histórica es a corto plazo, la justicia en la historia es efímera y casi inexistente. Somos, como diría el padre de un pequeño que perdió la vida en la guardería de Hermosillo, Sonora, “los culpables” porque somos olvidadizos e indiferentes ante la tragedia humana que nos acontece. Hemos recorrido noticias a las que la piel humana se va acostumbrando, tristemente nos lamentamos por algunos días, tal vez meses, y nos indignamos otros más por el terrible incendio de la guardería ABC, que dejó como saldo 49 niños muertos y muchos más con heridas y quemaduras permanentes, hoy poco se recuerda la tragedia y la justicia nunca llegó. 

Pasamos lista cada vez menos a los 43 estudiantes de la normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, apenas y recordamos los nombres de las niñas, las jóvenes y las mujeres que han sido víctimas del feminicidio, a algunas las recordamos más porque cada año en marzo entonamos Canción sin Miedo de Vivir Quintana. 

Nos hemos casi acostumbrado a que ocurran hechos como el Debanhi Escobar, Yolanda Martínez, Ingrid Escamilla, o el de la pequeña Lupita, tristemente recordada como “calcetitas rojas”. El olvido y que no se haga justicia también es una forma de violencia simbólica, de violencia estructural y de revictimizar a las familias y a las propias víctimas. El olvido de las “muertas” o más bien de las asesinadas de Juárez, provoca que sigan asesinando y desapareciendo a las mujeres en México, Marisela Escobedo Ortiz luchó por una justicia que jamás llegó, al contrario, encontró la muerte al volverse un símbolo de lucha contra la violencia y el feminicidio. 

México es un cementerio de cuerpos regados, los rastreadores ya son personajes comunes que ayudan a las personas a buscar a sus familiares, desaparecidos y desaparecidas son el pan nuestro de cada día. 

Han pasado ya el día del niño y la niña y el tan sacralizado día de la madre, donde poco se mostraron los otros rostros olvidados de las celebraciones y los espacios comunes. Recordar no tiene que ver con que las familias mantengan la herida abierta, sino buscar que la justicia por fin llegue a sus hogares y que por fin encuentre la paz, además, de recordarle a la sociedad que la violencia nos ha ganado, que día a día siguen desapareciendo personas, asesinando a niños y niñas, que jóvenes son secuestrados de sus comunidades ante el ojo indiferente de la sociedad. 

Es por eso que hoy celebro que el CCU de la BUAP, a través de sus librerías, iniciará una jornada debatiendo sobre las otras maternidades, en las que tendrán voz las familias de algunas víctimas de feminicidio: Frida Guerrera, Edmundo Velázquez y Alejandro Almazán, para recordarnos que la indolencia es casi una paráfrasis filosófica tan trillada de “aquel que no conoce su historia está destinado a repetirla”. A partir de hoy y hasta el próximo 17 de mayo el debate estará abierto a través de una serie de mesas redondas, conferencias y conversatorios que tendrán una lucha entre el olvido y la memoria. 

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