A TikTok se le da increíblemente bien idealizar las cosas. Navegando por esta red social, me topé con un video que muestra una camioneta pick up de alta gama, llegando intempestivamente al lugar donde una bella y joven mujer se encuentra, con una melodía de corrido tumbado (obviamente), sobre la imagen se lee entre corazones “cuando sales sin avisar pero el toxico tiene tu ubicación”
La red social más popular entre los jóvenes, es especialista en presentar estos escenarios aparentemente cotidianos de una forma muy deseable, pero que en realidad están romantizando situaciones de violencia y perpetuando estereotipos de género. Un ejemplo claro de esto es la cultura buchona.
La cultura buchona, asociada principalmente con un estilo de vida ostentoso, donde el dinero se despilfarra y nunca se sabe dónde proviene; y, la belleza es estandarizada y exagerada, ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente entre los jóvenes en México y en la comunidad latina de Estados Unidos.
Este fenómeno cultural, que se manifiesta a través de la música, la moda y las redes sociales, ha generado un debate sobre su impacto en la sociedad, particularmente en la perpetuación de estereotipos y la violencia de género; pues presenta una visión distorsionada de la feminidad pero también de lo masculino.
Las mujeres son frecuentemente representadas como objetos de deseo, adornadas con joyas y atuendos llamativos, que reflejan no solo un estatus económico, sino también una sumisión a los deseos masculino. Esta imagen no solo reduce a la mujer a su apariencia, sino que alimenta la creencia de que su valor está ligado a la capacidad para atraer y complacer a los hombres.
Por otro lado, los hombres son retratados como figuras poderosas y agresivas, frecuentemente vinculadas con el crimen. Este ideal de lo masculino promueve que la dominación y la agresividad son características deseables y necesarias para alcanzar el éxito.
Asimismo, tener un “novio buchón” se ha popularizado, especialmente entre las mujeres jóvenes que buscan la seguridad y el glamour que este estilo de vida promete. En las redes sociales se muestran constantemente parejas de este tipo, que exhiben su amor en lugares lujosos, con regalos costosos y experiencias únicas, creando un ideal romántico.
Pero la realidad es que la combinación de estereotipos de género y la normalización de la violencia contribuye a un entorno donde la desigualdad persiste y se manifiesta en diversas formas.
La violencia de género es un problema crítico que se ve exacerbado por la cultura buchona. La glorificación de la violencia en la música y en los medios de comunicación crea un ciclo peligroso en el que los actos de agresión son minimizados o incluso celebrados. Las letras de muchas canciones, que a menudo describen relaciones tóxicas y situaciones de abuso, pueden influir en la percepción de las relaciones personales, normalizando comportamientos abusivos y desensibilizando a las personas frente a la violencia.
Además, la cultura buchona puede influir en la forma en que las mujeres son tratadas en la sociedad. La idealización de la figura femenina como un mero objeto de deseo puede llevar a la deshumanización, fomentando actitudes que justifican la violencia y el acoso.
Es vital que tanto los creadores de contenido como el público en general reflexionen sobre los mensajes que se transmiten y trabajen juntos para promover un cambio positivo. Solo así se podrá romper el ciclo de estereotipos y violencia que ha marcado a tantas generaciones.