El gobernador Alejandro Armenta anunció una auditoría al Teleférico de Puebla, obra construida en el sexenio de Rafael Moreno Valle y no descartó su posible desmantelamiento y reubicación. Consideró que el proyecto fue un “monumento a la corrupción” y detalló que su rehabilitación costaría 1.2 millones de euros, mientras que trasladarlo superaría los 3.5 millones.
Armenta acusó que, bajo el esquema de asociación público-privada, el teleférico aún genera ingresos indebidos para particulares. Por ello, su destino podría cambiar, especialmente si la empresa que construya el nuevo cablebús colabora en su reubicación, lo que reduciría costos.
“Que los responsables, si siguen vivos, se actúe, porque ya estuvo bien de que todavía sigan saqueando y sigan recibiendo beneficios (…) Ni perseguimos ni somos omisos, y no son amenazas, simplemente combatir la corrupción es apegarse a la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos”, añadió.
El mandatario también reiteró su rechazo a repetir el modelo de obras costosas y de beneficio elitista, como dijo, ocurrió con el Museo Barroco. Aseguró que no busca dejar “marca personal”, sino infraestructura útil para Puebla.
Finalmente, informó que el proyecto del Cablebús ya fue aprobado por el INAH y se construirá con respeto al patrimonio, iniciando con una línea que conectará La Resurrección con el CIS.