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jueves, noviembre 21, 2024

Nacho Mier perdió su oportunidad

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Marginado por su incapacidad de generar consensos que permitieran sacar adelante la reforma estrella del presidente Andrés Manuel López Obrador, el coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro, Moisés Ignacio Mier Velazco, vio a la mejor oportunidad de su vida política convertirse en el desagradable sabor de quien come sapos para nada. Su estrepitoso fracaso y pericia obligó al secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López Hernández, a meterse de lleno para intentar salvar el barco, pero lo que encontró fue imposible de cambiar por dos cosas: falta de tiempo y los agravios de Mier que destruyeron cualquier puente. Lo que se puede observar en el camino de Mier Velazco son las consecuencias que está pagando por la adelantada sucesión presidencial y su decisión de jugársela con el canciller Marcelo Ebrard Casaubón. ¿Puede un opositor a los deseos presidenciales ser un operador eficiente cuando le juega las contras en la decisión más importante de su legado? Esta lucha de poder derivó en la fragmentación de Morena y ahí el poblano terminó por morder el polvo. No es lo mismo jugar a ser el coordinador de San Lázaro a serlo realmente en los hechos. Detrás de Mier, en el sigilo, existen diferentes cabezas políticas que responden a otros intereses y que son, contrario al coordinador, los intereses del presidente. La verdadera coordinadora, reveló la revista Proceso, es la vicecoordinadora Aleida Alavez Ruiz, cercana a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. El boquete abierto en el “liderazgo” de Nacho Mier fue mortal y lo redujo a su condición inicial: un sujeto capaz de encontrar cobijo con el poderoso canciller, pero sin las tablas ni conexiones de la élite política que le ayude a cristalizar acuerdos, mantener el control de la principal bancada y jugar políticamente. Para eso se necesitan años de navegar entre los mares con los tiburones de la política nacional. Ese expertise no lo tiene el coordinador de Morena, la inteligencia por sí misma no basta sin conocer los resortes del poder. Para mal, Nacho Mier llegó a Morena y a San Lázaro después de ser un político de mediano pelo que tuvo su momento de gloria en la administración de Manuel Bartlett Díaz y, al finalizar la misma, quedó en condición de sobreviviente. Todo eso terminó por reventar en las últimas semanas de vida del poblano. No hay triunfo para él, tampoco reconocimiento. Este ha sido el golpe más visible, pero entre sombras las derrotas son continuas. En el recinto público también es evidente que está lejos de tener un control. Sumado todo es el peor coctel que se puede tener para enfrentar los retos del país desde la principal caja de resonancia del poder: El Poder Legislativo.  

 

Lalo Rivera: Mal y de malas 

Para tener como maestro de la política a Francisco Fraile García, el alcalde Eduardo Rivera y Vivanco (ironía) está muy lejos de vivir con la máxima del panista: bien y de buenas. Muy difícil ha de ser para un político comprobar que la realidad es más grande que tus ideas y proyectos. El regreso de Lalo Rivera al gobierno municipal (que no al poder, porque éste nunca lo ha tenido como mandatario) demostró que su crecimiento político quedó truncado y se negó a aprender todavía más para dar el salto de político en ciernes a un político maduro y con oficio. Un caso ejemplar: cuando estuvo al frente del Ayuntamiento de Puebla el sino fue la exhibición que los propios regidores del PAN hicieron de los negocios, corrupción y simulación para entregar contratos dirigidos a sus amigos. La responsabilidad recayó en Íñigo Ocejo, entonces secretario de Administración municipal, pero es imposible que el sujeto haya actuado con absoluta libertad sin que su jefe no se haya enterado de sus trapacerías. El caso es tan emblemático que desde hace años el exfuncionario vive lejos de la entidad. Varios de esos años los vivió con el miedo de ser encarcelado por Rafael Moreno Valle. Es muy probable que Lalo Rivera no quiere recordar esa trama, pero todo indica que esta nueva administración municipal pretende hacer lo mismo… 10 años después. La publicación de licitaciones en Semana Santa, entre ellas la de los parquímetros que son rechazados por 7 de cada 10 poblanos, son el primer indicativo que todo está cocinado. De no ser así, entonces, este gobierno demuestra, una vez más, que es incapaz de tener una mínima idea de lo que significa socializar proyectos, carece del mínimo de preparación en materia de comunicación y es el fracaso que Moreno Valle había advertido hace más de una década.  

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