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martes, abril 23, 2024

México y Salem

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La erradicación de las múltiples formas de violencia que azotan nuestro país es tarea y competencia de todos, las acciones no las está haciendo nadie. Las formas de organización social que permiten que la violencia sea el pan nuestro de cada día se ha traduce en violencia estructural y normalizada socialmente. 

La eterna noticia de que una persona desconocida llega a una comunidad y termina linchada, ocurre casi con cierta normalidad, que incluso nos ha llevado a temer a muchos y evitar nuestro paso por comunidades pequeñas. Las víctimas han sido jóvenes encuestadores, estudiantes, comerciantes, incautos que se han perdido en los caminos, hombres y mujeres, jóvenes y personas de la tercera edad, nadie se ha salvado de ser una víctima. 

Creemos que esta situación, donde todos somos vulnerables, ocurre sólo en las pequeñas comunidades, pero hace 18 años vimos un linchamiento en lo que fue la Delegación Tláhuac, en plena Ciudad de México.  

La última víctima fue un joven abogado que se encontraba en la comunidad de Papatlazolco, en el municipio de Huauchinango. Ningún estado se salva de tener pueblos donde han linchado a personas cuyo único pecado fue ser un desconocido en una localidad con una turba enardecida. 

La dinámica social de los hechos es siempre la misma historia. El número de elementos de seguridad pública se ve superado, la gente murmurando, la turba enardecida tomando la supuesta justicia con sus propias manos; al día siguiente, nadie estuvo y nadie vio nada. 

Quién empezó el rumor, quién aceptó que el desconocido es un delincuente, cuántos niños han sido sustraídos por robachicos, quién roció la gasolina, quien encendió el cerrillo, quién decidió ser el inquisidor, cuándo determinaron convertir a México en Salem. 

Desde las ciencias de la comunicación, la sociología y la antropología se han estudiado los fenómenos que llevan a las turbas a asesinar impunemente, pero la aplicación de la ley y la creación de políticas públicas están lejos de la academia y lejos de frenar este fenómeno. Sin duda, falta mucho como sociedad y nos falta mucho por hacer. 

En estos casos simplemente espero todo el peso de la ley para los responsables o simplemente seguirá ocurriendo. 

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