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viernes, marzo 29, 2024

Adán Augusto: Firme, claro y a tiempo

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El secretario de Gobernación en el Gobierno Federal es el responsable de ayudar al Presidente de la República en la construcción de las condiciones de todo tipo que permitan a los ciudadanos su libre y equitativa participación en las decisiones colectivas que tienen que ver con el interés público. Es su trabajo también propiciar que se realice en un ecosistema de paz, entendimiento y acuerdos para hacer que ese ejercicio colectivo sea eficiente a los intereses y derechos de cada uno.

Eso es lo que llamamos política, en la ciencia, en la práctica y en la aspiración.

Por eso se dice que al secretario de Gobernación le corresponde como responsabilidad oficial el ejercicio de la política en el país y cuidar que su operación no conlleve omisiones ni excesos, en la interpretación y el uso de las leyes, para que en la relación entre los ciudadanos y su gobierno no se fomente coerción inmoral ni falta de acatamiento.

Es el secretario de Gobernación el principal constructor de equilibrios para una gobernabilidad ética y una gobernanza útil para todos.

Para ello, las leyes establecen en ese cargo las puertas de conexión entre los poderes Legislativo-Ejecutivo-Judicial y entre los niveles del gobierno: municipios-gobiernos estatales-gobierno federal y con los sectores de la población, desde los más pobres, hasta los más ricos.

Adán Augusto López Hernández lo sabe y lo hace.

Consta a los poblanos, además, que lo realiza con responsabilidad y respeto hacia todos los que, quieren, deben y necesitan intervenir en los actos del gobierno y de la sociedad, para ejercer sus derechos y cumplir sus obligaciones.

Lo hace con el compromiso de servir como factor de entendimiento y servicio, como prioridad, antes que ejecutar las facultades y beneficios que su propio encargo atraen.  Se le aprecia conocedor de lo que le corresponde, como el principal colaborador del Presidente de la República y convencido del valor y la eficiencia de la política, la que no es, ni orden, ni capricho, ni omisión.

Su reciente gira de trabajo a Puebla es una clara demostración. Todo lo que dijo es pertinente con la circunstancia actual en la que vivimos los poblanos y con la renovación de compromisos que nos corresponde y que, como él lo sugiere, nos conviene realizar.

En todas sus intervenciones hay materia de aprendizaje y experiencia.

Con una honestidad clara y sencilla, nos sugiere analizar los caminos para el futuro inmediato. Dijo que el gobernador Barbosa construyó los cimientos para la transformación y que con el gobernador Céspedes Peregrina se continuará.

En expresiones coloquiales y cordiales, envolvió sus comentarios sobre los desencuentros y encuentros que tuvo en el pasado reciente, pero no disimuló el respaldo al actual gobierno poblano.

Cierto, no vino a tirar cohetes, ni a lanzar amenazas y para aquellos que querían que no manifestara su intervención, que le toca por ley y por la confianza del Presidente, en el próximo proceso electoral local y federal. El secretario de Gobernación hizo su trabajo: Levantó dos manos. Aunque en todo tiempo, solo lo acompañó uno. Nada tuvo eso que ver en preferencias personales, simplemente en enviar señales, siempre en términos de valor. La unidad es el mensaje.

Es cierto que a estas alturas hay partidarios de unos, unas y otros. Pero lo que hizo el secretario fue también decir que por el momento solo hay dos y que, en el proceso electoral poblano, la Federación y el Presidente mismo son garantía de certidumbre y seguridad para que los poblanos tomen decisiones inteligentes,

Fue claro con los empresarios. Los empresarios poblanos vienen perdiendo porque el producto interno bruto poblano ha descendido en los últimos años. Vamos a corregir el rumbo, aprovechemos las condiciones de respaldo del gobierno federal y del nuevo gobierno poblano. Recompongamos estrategias, compromisos, relaciones y comunicación, propuso con claridad, energía y entusiasmo.

“Para eso estoy yo, para eso me ofrezco, vamos a trabajar juntos”, concluyó.

Adán Augusto ha revelado su forma de ser: firme, clara y a tiempo; esos atributos que siempre serán apreciados en un político profesional exitoso a diferencia de nuevos políticos que solo ven en la venganza social mercado para sus intenciones.

Adán Augusto está con todo y aspira a ser Presidente de México.

Cuidadoso de las formas que son fondo, como siempre dijo don Jesús Reyes Heroles, un sabio de la política nacional, no dejó ir la oportunidad para dejar claro el valor de un político en el futuro inmediato nacional.

Y con su experiencia en el trabajo político desde aba demostró que el gobierno federal conoce mejor que varios poblanos la verdadera realidad política, económica y social del estado de Puebla y también sus potencialidades. Puebla, recordó, es factor clave en la política nacional y siempre está en el pensamiento del Presidente.

Una nueva etapa, reiteró varias veces y su convocatoria está a tiempo y es, por supuesto, útil:  Una nueva etapa para las y los poblanos. Y tiene razón, el nuevo gobierno poblano hará que la conciliación, la armonía, la colaboración, sean valores que al ejercerlos nos permitan contribuir mejor al esfuerzo estatal y nacional.

Nada de lo que dijo en las diferentes reuniones de trabajo en que participó tiene desperdicio.

No cabe duda, en el análisis objetivo de la realidad poblana, en la percepción honesta y pertinente de sus posibilidades y en la construcción de las condiciones para el próximo proceso electoral está, y firme, la mano del secretario de Gobernación. El presidente López Obrador reconoce que es un colaborador leal y eficiente que entiende las necesidades políticas de los mexicanos y las razones para atenderlas.

De su lealtad no hay pierde. El Presidente cuando lo presentó en su cargo dijo: “Es mi hermano”.

Y como dice la escritura:  el que tenga ojos que vea, el que tenga oídos, que oiga.

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