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domingo, abril 13, 2025

¿Por qué me gusta Pink Floyd?

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Corría el año de 1976 y regresaba a casa de la preparatoria, satisfecho de un intercambio que hice con un amigo: Yo le presté mi LP de Claude Debussy y él me prestó “The Dark Side Of The Moon” de Pink Floyd, editado en 1973 y que en mis años mozos me resultaba harto difícil adquirir.

Vaya tarde que tuve aquel día, cuando después de comer y antes de hacer mi tarea, me dediqué a escuchar tan portentosa obra, en la que el primer tema, “Breathe”, me dejó una gran enseñanza con aquella frase que dice: “Look around and choose your own grown”, con la que aprendí lo importante que es la propia identidad y el lugar que a uno le corresponde, después vino “On The Run”, la cual me transportó a un mundo vibrante de tecnología musical, al emular una carrera de autos de manera brillante.
“Time” es quizá uno de los temas de rock psicodélico mejor logrado y nunca pasará de moda, es de culto, pero lo que hasta la fecha me sigue llenando de nostalgia y me invita a siempre tener un lugar seguro y acogedor es el reprise de “Breath”: “Home, home again, I like to be here when I can, when I come home cold and tired…”, pasando posteriormente a la mágica voz de Claire Torry en “The Great Gig in The Sky”.

El lado B comienza con la más conocida y popular del disco: “Money”, un auténtico retrato del “ser social” y su idea del éxito basado en el poder adquisitivo. Aquí diría mi querido Rubén Blandes en su tema “Plástico”: “Qué fallo”.
Luego viene la magia de Dick Parry y su saxofón, después de mostrar sus grandes virtudes con dicho instrumento en el tema anterior, con la excelente “Us and Them” que con sus letras nos recuerda que somos seres mortales y vulnerables, a la que sigue “Any Colour You Like”, gran tema en el que luce el solo de guitarra de David Gilmour, para culminar con “Brain Damage” que me evoca la importancia de mantener el equilibrio emocional para no perder la cordura y “Eclipse”, último tema que me recuerda lo fácil y rápido que pueden cambiar las condiciones de nuestra vida.

A partir de esta obra, mi concepción del Rock se expandió enormemente y mi sed por conocer nuevos grupos se disparó, en una época en la que era realmente difícil construir un acervo musical y captar vía radio a lo último del Rock en países más avanzados que el nuestro, pero como dice el dicho “el que busca encuentra”, me di a la tarea de ir a curiosear al enorme Mercado de Discos que estaba en San Juan de Letrán, hoy Eje Central, junto a la Torre Latinoamericana, donde había casetas con audífonos en las que podías escuchar lo último de lo último sin compromiso de compra; luego, más adelante, descubrí “El Gran Disco” en Balderas casi esquina con Avenida Juárez en un edificio vetusto que en el primer piso albergaba una discoteca de discos importados, principalmente de Rock europeo y de música clásica. Era un gran lugar y comprar un disco ahí era un lujo, pues mientras la edición “Jugo de Hits” te costaba 35 pesos y un LP nacional entre 45 y 60 pesos, los discos de larga duración importados costaban entre 120 y 180 pesos.
En ese lugar conocí a grupos como “Supersister” de Holanda, “Gong” banda franco-británica, “King Crimson” de Inglaterra, “Tangerine Dream” de Alemania, “Il Balletto di Bronzo” de Italia, “Frank Zappa and the Mothers of Invention” y “Quick Silver and the Messenger Service” de EUA y a algunos otros que sería muy extenso mencionar.

Más tarde, ya en la década de 1980, inició el ahora muy famoso tianguis del rock en calles de Santa María la Ribera, aledaño al Museo del Chopo, donde poco a poco fue siendo más asequible la obtención del Rock en todos sus segmentos y proveniente de distintos puntos del orbe, así como ropa y productos alusivos al Rock.

Volviendo al punto de reflexión de hoy, Pink Floyd me marcó para siempre, su obra completa es de una gran versatilidad musical, desplegando gran virtuosismo y con gran profundidad en sus letras, pletóricas de simbolismos.

P.D. Nunca recuperé mi disco de Claude Debussy y en cambio conservé “Dark Side Of The Moon”.
A la fecha, no me arrepiento del canje.

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