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martes, mayo 6, 2025

¿Crecer o no crecer?

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El gobierno actual entiende la importancia de que la economía crezca y sabe muy bien que sin una iniciativa privada que genere riqueza, no habrá forma de que los ingresos del gobierno crezcan, pues su fuente primaria son los impuestos y estos sólo pueden provenir de la gente que genera riqueza, de la gente que trabaja, de la gente que gasta.

Los tres poderes que conforman la República, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, por su misma naturaleza y fines, no generan riqueza, sólo se sirven de esta para establecer y mantener las condiciones idóneas en las que la gente pueda desarrollarse y crear riqueza, lo que no siempre es cierto, pues gran parte de los recursos que erogan los destinan a mantener clientelas electorales que se conforman con estirar la mano para recibir unas monedas y, a cambio de ello, otorgar su voto.

Hoy por hoy, para el gobierno no hay otro camino que permitir la generación de riqueza en el país, pues de eso se nutre el Estado, y ya la historia ha demostrado innumerables veces que cuando un Estado detiene o inhibe la generación de riqueza, al tiempo que reparte dinero con tal de mantener su preferencia en la masa electoral, a la larga ese país se va al barranco, y de eso hay muchísimos ejemplos a lo largo de la historia y a lo ancho del mundo.

Ahora hay una gran cantidad de familias que, cuando suman los recursos que juntan con los programas sociales, reciben una mensualidad que nunca habían visto en su vida, y está bien, pero eso no va a durar si no se impulsa la generación de riqueza, fortaleciendo el estado de derecho, abatiendo la inseguridad pública y estableciendo condiciones atractivas para promover y atraer la inversión privada, tanto nacional como extranjera.

Es preocupante e invita a la reflexión que las diferentes proyecciones para la economía mexicana que se han venido revelando, tanto en el interior como en el exterior del país por entidades públicas y privadas, van de niveles de crecimiento muy modestos a francamente bajos, e incluso de decrecimiento, y en este contexto lo más importante es sumarse y poner manos a la obra desde lo más alto del gobierno para mejorar las perspectivas económicas de la nación en conjunto con los diferentes agentes económicos y los individuos.

Ojalá el gobierno actual comprenda que el camino de estatizar actividades económicas y no devolverle el estatus de empresas productivas a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad constituyen un gran error y, más pronto que tarde, se convertirán en una carga todavía más pesada e insostenible de lo que hoy parecen.

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