Los convidados estallaron en aplausos y los acompañaron con el coro de “¡Gobernador! ¡Gobernador!”. La muestra de júbilo no era gratuita. Unos instantes atrás el canciller Marcelo Ebrard Casaubon, el segundo aspirante mejor posicionado en la carrera presidencial, comprobó de primera mano los nuevos tiempos políticos que se viven en Puebla.
“Yo veo el ambiente político aquí en Puebla y quiero reconocer la actitud de Sergio (Salomón Céspedes Peregrina), el respeto atodas y a todos, porque esa armonía no se puede hacer en algunos estados y aquí el gobernador recibe a todos, respeta a todos, no se mete más allá de sus funciones”.
Las palabras fueron recibidas por el aludido con una gran sonrisa, quien agradecía
al canciller con la mano derecha puesta en el corazón.
(Traducción: El piso parejo para todos es tan real que merece un buen reconocimiento).
Marcelo Ebrard acudió a un anexo de Casa Puebla para reunirse con los integrantes de los sectores sociales, económicos y políticos. La clase política, pues, doblada en empresarios, periodistas, dueños de medios, diputados locales y federales, los representantes de los tres poderes y hasta a la rectora Lilia Cedillo, a quienes pretendía ganarse y dejarles en claro los tamaños de su lucha, su pulcro manejo para explicar datos, cifras, ofrecer un contexto y demostrar por qué es la mejor carta a la presidencia de la República.
De las armas a su más reciente visita a Estados Unidos, los problemas derivados de las actividades de los cárteles o el tráfico, el secretario de Relaciones Exteriores desgranó los temas con la postura de quien se sabe un experto que está lejos de la soberbia.
En la confidencia, explicó que en la relación con Estados Unidos es inevitable que haya diferencias y desacuerdos, pero es justo ahí donde la diplomacia mexicana se crece y gana un lugar de respeto en el mundo.
Y, contrario a lo podamos pensar en México, hizo hincapié que en el concierto internacional nuestro país se encuentra en un sitio extraordinario, plagado de oportunidades y el encadenamiento de factores que ofrecen certeza en lo político, económico, inversión, desarrollo, confianza. Su desglose fue seguido puntualmente por todos en el anexo de Casa Puebla.
Marcelo Ebrard sabía que estaba frente a quienes generan opinión pública, influyen, quienes pueden acceder a aquellos espacios para ofrecer una opinión positiva del canciller.
Fue justo en esa amalgama de participantes que una figura hizo presencia. Un tanto sigiloso, sin alborotos o intención de atraer reflectores, Ignacio Mier Velazco saludaba, previo al inicio del encuentro, a todos, mesa por mesa, para después tomar su lugar en el área principal.
Su sola presencia confirmó que las cosas en Puebla han cambiado para siempre y, aunque su amistad y corazón está con Adán Augusto López Hernández, quiso acompañar al canciller, amigo también de muchos años.
Pero si algo fue evidente en este encuentro fue la capacidad del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina para demostrar en los hechos que el piso parejo en Puebla existe y es tan real que cualquier puede ser recibido y escuchado.
La apertura de la época salomónica, contrario a lo que se pensaría, no provocó un desconcierto. Ha sido una bocanada de aire puro que inflama los pulmones de la clase política y de la entidad para dejar firme el convencimiento que todos tienen un espacio, siempre y cuando acepten estrechar la mano extendida para construir hacia adelante.
Sabedor del impacto e importancia de la visita del canciller, el gobernador no desaprovechó la oportunidad para decirle al aspirante, al funcionario, hacia dónde se enfila el camino que está construyendo.
“Hablamos de ser un gobierno presente, un gobierno que está presente en la vida de cada uno de los 217 municipios, pero también queremos estar presentes en la agenda nacional y la agenda internacional. Y queremos hacerlo juntos, lo que buscamos es hacer un gran compromiso con las futuras generaciones, le apostamos eso”.
Por eso —abundó— es tan importante asumir el compromiso y dejar atrás el pragmatismo político y todos empujen para sacar adelante a Puebla y a nuestro querido México.
“Hoy quiero decirte que en el Congreso del estado tenemos una gran institución, hoy en Puebla, las decisiones las tomamos los poblanos y eso un verdadero orgullo.
“Hoy se generan grandes condiciones y, en su momento, el llamado a la sociedad no es a saber quién quiere, sino analizar con mucha puntualidad quién puede ser el hombre o la mujer que México o Puebla requiere para el momento preciso y las circunstancias.
“Es ahí donde debemos de apostar todos como mexicanos para saber qué es lo que necesita, para dónde debemos ir, dónde está la capacidad y que es lo que entorno mundial, nacional, estatal y municipal requiere para sacar adelante a nuestro país”.
De ahí, el mandatario saltó a hacer un reconocimiento a Marcelo Ebrard por la representación “con mucha dignidad, con la dignidad única que tenemos los mexicanos” que hace de nuestro país, pero también a pedirle que difunda a Puebla en todos los rincones del país y el mundo.
La petición no vino sola.
“Estamos preparados”, advirtió el mandatario y el guiño estaba frente a todos.
Política de altura, sin pragmatismo.
Marcelo Ebrard se fue feliz y Sergio Salomón sacó a la luz, una vez más, al animal político que en cuatro meses tiene bajo su línea y mando al estado.
Se dice fácil, pero si se revisa la historia hay gobernadores que dilataron años para conseguirlo y otros ni siquiera pudieron.
Nada mal para un gobernador de cuatro meses que juega en todas las pistas que se necesiten.
Y en todas, termina por ganarse la voluntad de los hombres de poder.
