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jueves, diciembre 5, 2024

Pemex y FGE investigan si explosión en encierro de autobuses de Cholula fue por huachicol

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Tras registrarse la explosión de un tanque de combustible en un encierro de autobuses en la comunidad de Santa María Xixitla, del municipio de San Pedro Cholula, las autoridades estatales y federales investigan si el combustible que provocó el incendió era procedente del robo de hidrocarburos o del huachicoleo en la zona. 

La Fiscalía General del Estado (FGE) y elementos de Petróleos Mexicanos (Pemex) investigan el origen del combustible que se almacenaba de forma ilegal en la terminal de autobuses Puebla-Cholula, con el objetivo de determinar si existen responsabilidades por parte de los encargados del depósito de las unidades tras protestas o si se llevaba a cabo otro tipo de delito. 

Personal que cuidaba la zona del siniestro en la junta auxiliar informó que personal de la dependencia federal acudió al lugar para realizar estudios sobre el combustible resguardado en el inmueble, a fin de determinar qué clase de líquido se trataba y así imponer las sanciones correspondientes. 

Estos estudios se llevaron a cabo después de que el Ayuntamiento de San Pedro Cholula realizó la colocación de sellos al predio por no contar con los permisos de operación para ser una zona de resguardo de unidades del transporte público. 

Esto también fue confirmado en conferencia de prensa por el director de Protección Civil del municipio de San Pedro Cholula, Rodolfo Fierro, quien argumentó que no se percató de tal anomalía debido a que el predio es particular y tiene “bardas muy altas” que no permiten ver en su interior. 

Guillermo Toxqui y Margarita Luna, jefe de Oficina de la presidencia municipal y secretaria de Desarrollo Urbanístico de San Pedro Cholula, respectivamente, informaron que tras el incidente, los representantes de la línea de autobuses Puebla-Cholula argumentaron que por conflictos internos de su empresa no notificaron al ayuntamiento que se almacenaba combustible en el interior del predio, por lo que solo se registraron como un domicilio particular para evitar inconvenientes legales que evitaran su operación. 

“Pemex está llegando para investigar cuál el origen de ese combustible. En la investigación verán si es una venta que realiza Pemex, una distribución de legal… No sabemos el tipo de combustible hasta que se hagan las pruebas necesarias, para eso solicitarán a la fiscalía un permiso para tomar muestras”, expresó Guillermo Toxqui. 

El funcionario municipal señaló que la Dirección de Protección Civil y la Secretaría de Desarrollo Urbanístico, Ordenamiento Territorial e Imagen Urbana municipal de San Pedro Cholula llevó a cabo la colocación de sellos de clausura del prefijo para evitar el ingreso y operación del lugar a fin de que la Fiscalía lleve a cabo las investigaciones. 

La secretaria de Desarrollo Urbanístico, Ordenamiento Territorial e Imagen Urbana municipal precisó que el predio donde se registró el percance no está detectado como una operación con giro comercial de corralón, sino como una terminal de autobuses y eso no implicaba que tuviera un despacho o almacenamiento de combustible. 

Asimismo, la administración sampetrina rechazó haber entregado permisos a la persona moral Puebla Cholula y Anexas S. A. de C. V., y mencionaron que el comercio estaba en proceso de regularización debido a que se encontraron inconsistencias, ya que no contaba con la superficie reportada de 48 metros para oficinas. 

Asimismo, personal de seguridad de Pemex consultado por Hipócrita Lector, refirió que el vehículo que se incendió fue una camioneta de redilas que no se encuentra normalmente en las inmediaciones del lugar, lo cual genera inconsistencias. 

VECINOS DE SANTA MARÍA XIXITLA, SIN UNA TEORÍA FIJA 

En Santa María Xixitla, las versiones de lo que ocurrió la tarde del 29 de mayo, en donde que un contenedor de combustible explotó dejando un muerto y tres heridos son muy distintas una de la otra. 

La principal versión entre los vecinos del encierro de autobuses Puebla-Cholula que sintieron el estruendo de ese tanque alrededor de las 5:30 de la tarde, es que se trata de un simple accidente; la otra teoría de quienes trabajan en seguridad del inmueble es que se trató de un inconveniente con el robo de huachicol. 

Para el señor Alejandro, un hombre proveniente de Veracruz, ya de edad avanzada y que se encuentra a escasos 30 metros del lugar de la explosión, la primera versión es la más cercana a la realidad. 

No ha pasado ni un día de esa explosión que oscureció el cielo de la junta auxiliar, y Alejandro reabrió su negocio –un comedor familiar de mariscos– esperando seguir como si nada tras un evento que no es para nada normal en la zona. 

Al momento de la explosión las paredes de su local se cimbraron, algunos cables se desprendieron y las sillas y mesas se movieron de un lado a otro. No había clientes en el restaurante, sólo él, su esposa y sus dos hijos con quienes mantiene el local, todos quedaron con una misma expresión de extrañeza, pues la explosión sucedió atrás de su comedor. 

La expresión en sus rostros fue de sorpresa, una gran columna negra con llamas era la que salía detrás de su local, lo primero que hicieron al igual que varios de sus vecinos fue sacar el celular y empezar a grabar las imágenes de ese siniestro, algo que los dejó incrédulos pues para ellos ver a los conductores del encierro de vehículos del transporte público comer en su negocio actual, por lo que no había sospechas de qué haya algún delito de venta o robo de combustible.

Lo mismo pensó Jaime, dueño de una tienda de misceláneos a dos calles de la explosión, quien cuando sucedió el evento sintió como su local se cimbraba fuertemente. 

Él no llegó al extremo de sus demás vecinos que pensaron que se trataba de una detonación del Popocatépetl, estaba seguro de que la casa y el local se hubieran sacudido de otra manera más estridente. 

Junto a sus vecinos Jaime salió a percatarse del siniestro, de la llegada de los bomberos y las ambulancias a los pocos minutos de la explosión, de la policía municipal y de los elementos estatales para resguardar la zona por una puerta cerrada que tuvieron que derribar. 

Jaime, Alejandro y el señor García –un guardia afuera del encierro de autobuses– desconocen quién fue el fallecido en la explosión, pero para ellos la teoría de que era un huachicolero no suena lógico, sin embargo, tampoco se detienen en ello. 

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