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sábado, abril 20, 2024

La ola negra, morada y el enojo que profanó las mentes conservadoras

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Cuando el reloj marcaba las 12:00 horas, las primeras integrantes del Frente Feminista Radical ya se encontraban apostadas en las inmediaciones de la Fiscalía General del Estado para iniciar con su marcha. 

Lo primero, fue la instalación de la “mercadita separatista”, para que mujeres pudieran comprar pañuelos, stickers, banderas, playeras y diversos artículos con los que exigirían más tarde un freno total al patriarcado y la violencia feminicida. 

Aunque la marcha fue convocada a partir de las 14:30 horas, el movimiento separatista se alistaba con gran ímpetu para poder recorrer las calles de la ciudad, una vez que el colectivo Voz de los Desaparecidos terminó su contingente en la plancha del Zócalo. 

Con un tendedero de denuncias de las mujeres que han sufrido violencia, que fue colgado frente a las oficinas del organismo de procuración de justicia, decenas de ciudadanas lucieron con atuendos negros y banderas rojas, como señal de luto por las decenas de mujeres que ya no están con vida. 

Con ellas, también marcharon integrantes del Bloque Negro y la Resistencia Lésbica, con una convocatoria abierta a niños y niñas en carriolas o en brazos, mujeres mayores, con discapacidad y embarazadas. Además, se pidió a los hombres abstenerse de participar. 

 

MILES MARCHAN CONTRA LA VIOLENCIA

El verde, morado y negro predominó entre miles de mujeres que desde el medio día ya se encontraban en la Fiscalía de Puebla para alistar la mega manifestación en la que exigieron a las autoridades y la sociedad acciones para erradicar la violencia contra la mujer.  

Pasadas las tres de la tarde y tras alistar al contingente durante aproximadamente una hora, el colectivo Frente Feminista Radical avanzó a paso firme con el objetivo de llegar al Congreso del estado bajo la consigna unánime: “ni una más, ni una asesinada más”. 

A su paso, con piedras, bates de béisbol y martillos rompieron algunos cristales de la Red Urbana de Transporte Articulado, además de pintar símbolos y mensajes en espacios públicos de la ciudad.  

Se trató de la muestra del hartazgo de miles de familias que no volvieron a ver a sus hijas al salir de casa, fueron víctimas de algún feminicidio o inclusive viven el peso de la violencia familiar todos los días. 

“Somos malas, podemos ser peores”, gritaban las feministas, a la par que peatones que circulaban por la zona observaban desde lo lejos la fuerza de la marea verde y morada que abarrotaba cada esquina del primer cuadro de la ciudad.   

Otras consignas retumbaron entre los muros de los edificios públicos del Centro Histórico: “la policía no me cuida, me cuidan mis amigas” o “Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”, acusaban.

Al avanzar sobre la avenida Juan de Palafox y Mendoza, el contingente se encontró con elementos femeninos de la Policía municipal, quienes resguardaban la sede del Palacio para evitar que las pintas llegaran a los principales monumentos históricos de Puebla.   

Los intentos del municipio capitalino para evitar la expresión de las mujeres fueron en vano: integrantes del Bloque Negro rompieron una de las puertas de cristal del Teatro de la Ciudad, pintaron el símbolo del sexo femenino en los muros, además de consignas como “pinche gobierno”.  

Desde un día antes, el Ayuntamiento había colocado pizarrones en la plancha del Zócalo para que las inconformes pudieran plasmar allí sus demandas, pero esta acción tampoco surtió los efectos deseados y, por el contrario, desde la noche anterior se pudo apreciar plasmada la advertencia: “Aun así vamos a pintar sus putos monumentos, su pendejada no resuelve nada, la calle es nuestra”.   

La tarde de este miércoles, un grupo de personas que profesan la religión católica, como cada año, formó una cadena humana para proteger la Catedral de Puebla, mientras eran encaradas por el grupo radical con la demanda: “saquen sus rosarios de nuestros ovarios”.  

Una de las mujeres que logró colarse entre las personas, colgó una bandera verde en lo alto de las rejas que protegen la basílica poblana, mientras que casi al mismo tiempo, otra colocó la bandera verde proaborto en la Fuente de San Miguel Arcángel. 

La cúspide de la protesta se concentró en la sede del Congreso local, donde bajo la euforia feminista, bengalas moradas y el sudor de la larga caminata, el Frente Radical entonó la Canción sin miedo, con la esperanza de que el próximo año, la marcha siga siendo por sororidad y no por la pérdida de sus hermanas, madres o amigas. 

 

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