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viernes, marzo 29, 2024

“Hay que dar la cara”, exige Barbosa ante percepción de inseguridad en la capital

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A diferencia del alcalde panista de la capital, el gobernador Miguel Barbosa Huerta defendió que la ciudad no puede ser considerada como una de las más inseguras del país, como lo reveló la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), por el contrario, dijo que en Puebla existen las condiciones necesarias para que las personas pueden realizar sus actividades libremente.

El mandatario se dijo sorprendido por los resultados que arrojó la encuesta que dio a conocer el Instituto Nacional Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y que coloca a la capital del estado en sexto lugar de percepción de inseguridad.

Pero en vez de negar los datos, como lo hizo el alcalde, el gobernador dijo que se debe dar la cara y asumir con responsabilidad lo que está respondiendo la población en este tipo de encuestas, que miden qué tan seguras se sienten las personas en donde viven.

“De ninguna manera aceptaré que Puebla capital sea más insegura que muchas ciudades del país”, atajó el mandatario y se reservó hacer una comparación con otras ciudades que tienen índices más altos de violencia y cuestionó el procedimiento de integración de la encuesta, pues “parece que esa encuesta no tuvo el cuidado de analizar lo que ocurre en muchas ciudades”, dijo.

No obstante, Miguel Barbosa indicó que Puebla tiene un nivel de seguridad que permite a sus habitantes realizar libremente sus actividades sociales, culturales, familiares y económicas, y los hechos violentos que se han llegado a presentar “son en su mayoría ajustes de cuentas entre personas que desafortunadamente tomaron el camino de la ilicitud”, expresó.

El gobierno del estado, indicó, no está vinculado al crimen, ya que cuando se han detectado ese tipo de casos se ha actuado, puntualizó Barbosa Huerta tras añadir que en Puebla no se solapa a nadie y los delitos que ocurren se investigan, se sancionan y se castigan.

El mandatario pidió a las policías municipales desplegar una actividad más fuerte en las acciones de atención inmediata a los hechos de violencia, porque precisamente este aspecto es el que evalúan las personas en la encuesta.

“Necesitamos sentirnos más acompañados por los temas judiciales que deben ocuparse de la inmediatez, la adquisición de patrullas, armamento y capacitación, eso va a incidir, hoy hay acciones de planeación en contra de la delincuencia”, sentenció.

Criticó que en gobiernos anteriores hubo una negación total a la problemática de inseguridad por la que atravesaba la entidad, mediante el maquillaje de cifras de delitos y hechos de violencia que ocurrían a la vista de todos.

Por ello, recomendó a los ediles no negar la realidad y tampoco la posibilidad de que sus policías “están actuando no del todo bien”, y pidió realizar revisiones permanentes a sus cuerpos de seguridad “para que mejor funcionen las policías”, acotó.

En tanto, se pronunció también por mejorar los esquemas de seguridad coordinada entre los tres niveles de gobierno, pues ello apoyará a brindar una mejor percepción de seguridad entre la ciudadanía.

“Yo puedo decirles que hay una lucha contra la delincuencia, que debemos ser más eficientes los tres órdenes de gobierno, en Puebla capital se cometen hasta el 40 por ciento de los delitos, que deben ser responsabilidad de los tres órdenes de gobierno”, expresó el mandatario.

A diferencia del presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, quien dijo que la percepción de inseguridad en la capital obedece a otros factores y que el INEGI entrevista a las mismas personas, el gobernador se asumió como el responsable de esta problemática que externaron los poblanos en la ENSU.

“Aquí está el primer responsable, el gobernador, yo no voy a culpar a nadie y hay que dar la cara, ya expliqué cómo funciona todo, cómo es, pero tenemos que dar la cara los que gobernamos, solo así podemos decirle a la gente que estamos trabajando”, puntualizó.

La publicación del INEGI revela que la percepción de inseguridad en Puebla creció 11.3 puntos en el segundo trimestre del año, pasando de 75.8 a 87.1 por ciento, lo que equivale a que nueve de cada diez personas considera que es peligroso vivir en Puebla.

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