El 21 de abril de 2025, la Iglesia Católica enfrenta un momento crucial tras el fallecimiento del papa Francisco a los 88 años. El Vaticano se prepara para el cónclave, la asamblea donde se elegirá al nuevo pontífice que guiará a más de 1,300 millones de fieles en todo el mundo.
Después del deceso del papa, se inicia un periodo de duelo de nueve días conocido como “novendiales”. El funeral se celebra entre el cuarto y sexto día posterior al fallecimiento. Posteriormente, entre 15 y 20 días después, se convoca al cónclave, donde los cardenales electores, menores de 80 años, se reúnen en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo papa mediante votaciones secretas.
Diversos cardenales son considerados “papables”, es decir, posibles sucesores al trono de San Pedro. Entre ellos destacan:
- Pietro Parolin (Italia, 70 años): Secretario de Estado del Vaticano, reconocido por su experiencia diplomática y moderación.
- Matteo Zuppi (Italia, 69 años): Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, conocido por su enfoque pastoral y compromiso con la justicia social.
- Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años): Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, carismático y con amplia experiencia pastoral.
- Peter Turkson (Ghana, 76 años): Conocido por su labor en desarrollo humano y justicia social, aunque su edad podría ser una desventaja.
- Robert Sarah (Guinea, 79 años): Figura del ala conservadora, crítico de las reformas papales recientes.
La elección del nuevo papa dependerá de diversos factores, incluyendo la visión eclesial, experiencia y capacidad para abordar los desafíos actuales de la Iglesia.
El mundo católico espera con atención la fumata blanca que anunciará al nuevo líder espiritual.