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jueves, marzo 28, 2024

Con extrema seguridad, acude Cecilia Anaya a la reapertura de la UDLAP

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En punto de las 8:50 horas de este jueves 24 de febrero y a casi ocho meses desde que la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) fue tomada por el desfalco de 720 millones de dólares a la Fundación Mary street Jenkins, la rectora Cecilia Anaya Berrios acudió para recibir el campus, luego de meses de renuencia por no reconocer el relevo del patronato constituido por la familia Jenkins de Landa.

Estudiantes, docentes y personal administrativo acudieron al acceso principal de la universidad cholulteca para recibir a la rectora, quien llegó acompañada con extrema seguridad privada a bordo de una decena de vehículos que descendieron unos metros después del portón principal de la universidad.

Líderes del movimiento #UDLAPLibre pidieron a la comunidad universitaria apartarse del acceso del campus, al argumentar que acercarse podría ser desventajoso para la rectoría y que además, tardarán más de dos horas para que termine la diligencia para restablecer las instalaciones de la universidad.

Fue el pasado lunes cuando la doctora Cecilia Anaya Berrios acudió con sus abogados al Juzgado Segundo de lo Civil, a cargo de Magda Reyes Delgado, para aceptar la entrega de la universidad, a pesar de que en diversos momentos se había negado, al buscar el reconocimiento de la familia Jenkins de Landa como el patronato legítimo de la Fundación Mary Street Jenkins.

Lo anterior sucedió luego de los reveses sufridos en los últimos días. Por ejemplo, el 11 de febrero el Juzgado Segundo de lo Civil ordenó a la rectora a asumir el control del campus junto con la Secretaría de Educación Pública.

En tanto, el 16 de febrero el Juzgado Tercero de Distrito sobreseyó el amparo 1029/2021, que la rectora había utilizado como pretexto para no acatar el ordenamiento del Juzgado Segundo y asumir así la custodia del campus universitario con con patronato que preside Horacio Magaña.

Fue por esta situación que la rectora se vio obligada a acudir al Juzgado Segundo de lo Civil, pues al quedar entrampada no tuvo otra opción más que aceptar la reapertura de la universidad o de otro modo, incurriría en desacato.

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