El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, sostuvo este lunes un encuentro con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca, donde ambos líderes abordaron temas clave como migración, seguridad y comercio. La reunión refuerza la alianza entre ambos gobiernos, aunque también ha generado críticas por presuntas violaciones a derechos humanos y por la política arancelaria de EE.UU.
Durante el encuentro, Trump agradeció a Bukele la detención de más de 200 migrantes deportados, en su mayoría venezolanos, quienes han sido recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). A cambio, EE.UU. compensará a El Salvador con 6 millones de dólares.
A pesar de esta colaboración, organizaciones humanitarias han denunciado abusos como detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas de migrantes, mientras la administración Trump enfrenta una orden judicial por la repatriación de un ciudadano deportado erróneamente.
En el plano económico, Bukele expresó su preocupación por el arancel global del 10% que Washington ha impuesto, el cual también afectará a El Salvador, pese a su cooperación en temas migratorios.
La visita también incluyó conversaciones sobre el estatus de los migrantes salvadoreños en Estados Unidos, una población clave para la economía de El Salvador a través de las remesas. Bukele busca obtener flexibilidades en la política migratoria para su país.
Aunque marcada por acuerdos estratégicos, la reunión no estuvo exenta de tensiones y deja abierta la discusión sobre el costo humanitario de estas alianzas.