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miércoles, abril 16, 2025

El circo electoral para el poder judicial

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El primero de junio se elegirán jueces, magistrados y magistradas, así como ministros y ministras, para renovar a quienes integran el Poder Judicial de la Federación (PJF). El domingo 30 de marzo dio inicio el lamentable espectáculo de las campañas electorales de los aspirantes a juzgadores, con el propósito de darse a conocer entre la población y convencerla de que voten por ellos y ellas. Sin embargo, en este escenario tan triste y patético por ganar votos, los candidatos a juzgadores se han convertido en una especie de “influencers“, cuyo único objetivo es acumular “likes” y mantenerse presentes en el imaginario colectivo.

La búsqueda de popularidad ha rayado en el ridículo: hay aspirantes que cantan, bailan y hasta se exhiben en ropa interior, como sucedió con una candidata a juzgadora en Chihuahua. Todo esto con tal de ganar popularidad y votos. En este inicio de campañas proliferan los videos en TikTok, Facebook e Instagram, que intentan viralizarse para asegurar una posición dentro del PJF. Es evidente que existe una gran dosis de publicidad engañosa, pues los aspirantes están mostrando su desconocimiento sobre la función judicial y su papel en el marco de la división de poderes. Prometen cosas que no tienen relación alguna con las atribuciones de un juzgador o juzgadora.

Parece que la legitimidad se obtiene por medio de los “likes“, obligando incluso a juristas serios, con trayectorias intachables, a participar en este espectáculo por votos. ¿Cómo pensar que la tarea de juzgar puede convertirse en un asunto de popularidad o entretenimiento público?

Tres ministras que han declarado públicamente su afinidad con los principios de Morena y su simpatía hacia la 4T —Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf— también han iniciado su campaña rumbo a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). En un acto que transgrede principios de equidad y legalidad, estas ministras no solicitaron licencia para retirarse temporalmente de la SCJN durante sus actos de campaña. Además, han sido denunciadas ante el INE por presuntamente recibir apoyo de sindicatos como el SNTE y el SME.

Estas funcionarias, conscientes de que cuentan con el respaldo del gobierno federal y del movimiento de la 4T, actúan sin restricciones durante el proceso electoral, sabiendo que una de ellas podría quedar al frente de la SCJN, al servicio del Poder Ejecutivo. Este es, precisamente, el propósito de fondo del montaje electoral que hoy presenciamos.

Resulta lamentable lo que está ocurriendo. Como bien lo plantea la doctora Ana Laura Magaloni: ¿quiénes serán los próximos jueces de México? Aquellos que cuenten con el respaldo del SNTE, del SME, de la CNTE, de comerciantes de Tepito, y del voto clientelar de Morena. No triunfarán los que razonen con profundidad, sino quienes protagonicen ocurrencias y ridiculeces virales.

Bajo los procedimientos absurdos aprobados para esta elección, no habrá certeza ni credibilidad en los resultados, ya que los ciudadanos no serán quienes cuenten los votos. Ganarán quienes el sistema decida que deben ganar. Como bien señala el ministro Laynez: “votar, ¿para qué? si todo este proceso es una farsa”. Su victoria será pírrica; perderán el pueblo y la justicia.

En Puebla hay verdaderos garbanzos de a libra en las candidaturas, personas que han sido juzgadoras con experiencia y trayectoria, formación profesional sólida y convicciones personales como la honestidad, la solidaridad, la sororidad y la empatía, bien por Ingrid Jordana Arteaga, Frida Isabel Flores, Luis Ramon Marín y Mariana Duran, ahora toca a los electores elegir a sus juzgadores, ojalá sea para bien de la patria.

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