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sábado, abril 20, 2024

Sorpresas te da la vida

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Hace unos días salió publicado uno de mis escritos en un libro de España que se dedica a recopilar trabajos de escritores latinoamericanos y al estar dentro de este proyecto, no pude ser más feliz. Escribir esto tiene un por qué, y es que mi escrito es sobre El Navegante, un amigo que se cruzó en mi camino hace un año y para él no había imposibles, él hacía maravillas con la comida, a pesar de vivir en un barco. 

Tenía lo indispensable para cocinar, una parrilla de una sola hornilla y, además, todos sus platillos eran vegetarianos, pero en realidad, todo lo que cocinó para mí fue de otro mundo.  

Recuerdo que un día estaba triste porque no había podido comer pizza en mucho tiempo, y debido a la lejanía de donde vivía con el pueblo más cercano, no era fácil acceder a este platillo italiano por excelencia, sin embargo, cuando mi amigo escuchó esta triste historia, puso manos a la obra y unas horas más tarde, en el muelle que compartíamos y sobre la laguna de Bacalar tenía unas mini pizzas hechas por él mismo, además no sólo era el detalle lo que de verdad valía la pena, sino que cuando probé esas pequeñeces de queso, tomate y albahaca, no podía imaginar lo que estaba deleitando. Con solo unos cuantos ingredientes había hecho pizza Margarita de verdad.  

Otro día también nos sorprendió a una amiga y a mí con un ceviche de mango, soya, cilantro, limón, tomate, chile y aguacate, no sabíamos cómo hacía que todo el mix de ingredientes fueran una fusión perfecta, pero lo era. También compartimos cocos recién partidos de las palmeras que habitaban ese edén que habitábamos al sur de México. 

Incluso puedo confesar que una de las avenas más deliciosas que he probado ha sido creación de este argentino que ya casi era mexicano. De verdad que su avena con frutas y canela era de lo más común, pero la esencia de quien hace las cosas siempre será lo primordial. 

En su corta estancia también cocinó pasta vegetariana, y no menos importante era el café de las mañanas que siempre compartía conmigo mientras nos sentábamos en el muelle y mojábamos los pies en nuestra hermosa laguna. 

La comida siempre nos lleva a historias que están en nosotros y éstas siempre tienen personas especiales detrás de ellas.  

Debería ser requisito primordial siempre tener esto en cuenta y estar rodeados de esas personas que dejan huellas en uno. 

Justo ahora que me toca comprar comida orgánica a muchos muchos dólares, aprecio lo mucho que tenemos en todo México. Pero el sur, el sur te da muchas sorpresas en forma de frutas deliciosas, nutritivas y que sólo ahí puedes encontrar.  

Así que lo menos que deberían hacer todos ahora mismo en México es tomar más de un mango y comerlo con esas ganas que ahora mismo tengo de comerme los que permanecen en el árbol de la casa de mi madre. 

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