Por supuesto que me gusta Lozano. Sin saber mucho de su vida personal, se ve una persona íntegra, trabajadora, de buena cuna y apasionado de su familia y profesión.
Parecería que la oportunidad de llevar a México al próximo mundial fue obra de la casualidad; y no es así. Dirigió en el país, fue a ganar medalla de bronce en olímpicos y siempre, quizá con perfil bajo, espero lo que le llegó: la Selección Nacional.
La pasada semana de fecha FIFA, se dieron dos ejemplos de direcciones técnicas, de estar 24 horas metido en tu próximo partido, muy significativas, diferentes y sin poder ser de otra manera: los resultados saltaron a la vista.
Por un lado, el director técnico Bielsa con la selección de Uruguay que enfrentaba a Argentina campeona del mundo y con un Messi haciendo y llevando el peso de su equipo. Estoy seguro, porque sé de la intensidad con la que toma su trabajo, al señor Bielsa le faltaron horas en su día para estudiar y preparar a su equipo para tan importante juego de visitante.
Uruguay cuenta con una gran camada de jugadores jóvenes y que están regados en equipos importantes de Europa. Esas características no alcanzaban para vencer a Argentina y llegó a la conclusión que la historia le daría la razón: por décadas, el futbolista uruguayo tiene más sangre y es más adaptable que el Argentino y con base en eso, diseñó un juego en el que estorbaría al enemigo 100 minutos y que en alguna ocasión, tendría la oportunidad, por la calidad de su grupo, de quitarse el overol de trabajo y ponerse el traje de las grandes ocasiones, para aprovechar esas ocasiones que tuvieron y movieran el marcador a su favor. Siempre hubo dos uruguayos en donde estaba un argentino, siempre hubo el sacrificio que lo primero es el equipo y la idea que se pone y después, si da tiempo, el lucimiento personal. Para llegar a esa conclusión, Bielsa goza de todo el apoyo de quien lo puso en ese lugar, sabiendo siempre, que un representativo nacional, lo único que no tiene es tiempo para preparar su próximo juego y que tu idea de técnico la tienes que transmitir simple y convencido de cuál es el camino.
Por el otro lado, tenemos al señor Lozano, que repito, es un gran técnico, pero que para empezar se mueve en un ambiente nada acogedor y poco respaldado para poder cumplir con su idea, la primera, la de convencer el cómo enfrentarse a un rival con nada que perder y sí mucho que ganar. Mientras Bielsa estaba 24 horas del día estableciendo y entrenando su plan, el señor Lozano tenía que atender uno y mil actividades que nada tenían que ver con el juego, pero la mercadotecnia que se maneja en la Selección mexicana se antepone a los objetivos deportivos.
La forma en que prepara el juego contra Honduras me recordó una película de Pedro Infante, en la cual un personaje llegaba a su casa vestido de cartero, le decía a su esposa, “ya llegué mi vida” y en la siguiente escena salía vestido de plomero, diciéndole a su esposa, “ya me voy mi vida”. El mensaje es que tenía que cumplir con varios trabajos para sostener el gasto de su casa.
Pues así está el señor Lozano, so pena de quedar mal con alguno de sus jefes y que al final, quedó mal con la repasada que le dio el contrario. En qué momento se iba a dar cuenta, que el rival se había preparado para sacarle jugó a las deficiencias técnico-tácticas del rival, simplemente, al escoger una cancha en buenas condiciones para que el balón, al rodar, no te diera sorpresas. Eso tenía que ser un aviso de cómo jugaría Honduras.
Cuándo te ibas a dar cuenta que Montes, Sánchez y Orbelin, en menor medida, no juegan en sus equipos, por lo tanto, ritmo de juego, el tiempo y el espacio qué tal, la continuidad en tus apariciones, no lo tendría. A qué hora te iba a dar tiempo de alertar y entusiasmar a sus jugadores del tipo de rival que tendrían enfrente, si entre programas y entrevistas se te va medio día de trabajo y todo el día de concentración mental de saber qué y cómo transmitir tu idea. El decir, mi trabajo es con el equipo y su desarrollo, imposible de comunicar esa verdad; los compromisos publicitarios se anteponen y si no te gusta, ya contratamos a 100 que quieren esa silla. Las consecuencias se vieron durante y al final del juego: nada de juego defensivo y un solo disparo a meta contraria y eso, en nombres, no es la realidad de la selección y si es la manera de comportarse y darle nulo valor a lo importante del tema: el equipo.
En todo este río revuelto, los grupos que no quieren a Lozano, por sus interese de carácter económico, se frotan las manos por la oportunidad que viene. Después pasan los años y afloran las verdades, para mí, sin el valor de decirlas en su momento. Para que nos enteramos, 10 años después, que al señor Tuca le imponían jugadores en su convocatoria, ¿para qué? Lo más seguro es que si en su momento lo declara, le hubiera costado el puesto, pero nos hubiéramos ahorrado 10 años de mentiras y conveniencias, que ahora ya se hubieran erradicado.
Por muchos jugadores que tengas, en buen o regular momento, si no se le da el apoyo total al técnico y solo se le utiliza para vender productos, será uno de los mil problemas que si fuera teniendo el futbol mexicano.
Si quieren un anuncio con el señor Lozano haciendo una salsa o una ensalada, que para el caso es lo mismo, pongan a un chef, o más fácil, a un familiar del técnico. No venderá igual, pero no van a distraer al líder.
Recuerdo que Bielsa estaba en la lista de los posibles sucesores al puesto, pero con este tipo de actividades ni una semana les dura.
Ahora que el niño está ahogado, espero que cierren el hoyo. Quizá, en el fondo, se mantenga con vida.
P.D. En esta lista que próximamente sacará la selección de personas no afines a sus ideas, pesando en quitar la libertad de expresión y decir y escribir lo que les gusta leer o escuchar, sería un honor para mí, que me pusieran como no grato. En ese momento correría a una tienda de trofeos y medallas y me compraría una con la leyenda: ASI ES EL CHELÍS, UN HONOR.
