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sábado, abril 20, 2024

Lo legal, no siempre es lo sano

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En el futbol mexicano no siempre lo legal resulta ser lo más sano. Al ser un negocio particular, agrupados en una asociación llamada FMF, a la vista de todos, cada entidad ve por sus objetivos, que son de dos tipos: deportivos (ser campeón a toda costa) y económicos, efectuado de muchas formas. A ninguno de los 13 propietarios, recordando que 18 no pueden ser por la multipropiedad en cinco equipos, tienen como objetivo que su asociación prospere, sea más grande e importante, pero que al final todos se beneficien, copiando el modelo de la MLS, cuyo éxito es que todos los dueños son socios y de esta forma su liga año con año gana en credibilidad, en lo económico y en lo deportivo.

De esa forma nos encontramos con un Tigres, que tiene una gran empresa atrás y que paga casi 400 millones de pesos por dos jugadores. El dinero que pagan es legal, entra dentro de sus objetivos regionales, que solo le importan a la gente del estado de Nuevo León y que, con su acción legal, debilita en estas contrataciones al Pachuca, que cumple con sus objetivos de captación y formación de jugadores para después venderlos y no al mercado mundial, porque el precio que en este caso paga Tigres, es imposible que algún equipo de Europa los pague. Así podemos enumerar a los compradores de casa, América y Monterrey, ávidos de comprar a precios fuera de mercado mundial a equipos como San Luis, Santos o Puebla. Nada que ver estos equipos, junto al Pachuca, su desempeño en las temporadas pasadas, a lo que están haciendo en la presente, con el pensamiento de que mientras exista compradores nacionales, ellos harán lo posible por tenerles alguna joya cuando el mercado abra sus puertas.

La consecuencia es que con todo y la facilidad de entrar al repechaje, 12 de 18 y después colarse a la liguilla, habrán tenido el foco para mostrar sus productos. Aquí aparece otro problema, legal, pero no sano: Tigres, Monterrey, Toluca y América, jugaron con 26 extranjeros por 18 mexicanos. A la hora de comprarse y venderse, el pasaporte pasa a segundo término, pero a la hora de reclutar jugadores para alguna justa internacional, aparece el problema de no tener el material necesario y el universo para escoger se hace pequeño.

Cambiando el tema y poniendo más ejemplos de lo legal y de lo no sano, tenemos a los directivos del Atlas, que amparados por alguna regla que solo ellos conocen, posponen su partido de la fecha uno por no tener en condiciones su estadio y lo reprograman para otra fecha. Legal su proceder, pero no sano por la poca credibilidad que le dan a la liga.

Tijuana y Querétaro, al ser del mismo propietario, se intercambian jugadores, tratando de hacerlo más competitivo y más unilateral la decisión de trasladar a sus jugadores, al tener contrato con ellos, de ciudad en ciudad: hoy estás en el norte, pero me conviene que te vayas al centro del país. Lo mismo sucede con Santos y Atlas. Totalmente mente legal sus cambios, la multipropiedad los ampara, pero nada sano para la competencia.

El Puebla, cuyo propietario es una cadena importante de televisión abierta, al tener los recursos, compra una franquicia llamada Puebla. Totalmente legal pero no sano. Se hace más que de una franquicia, de la historia de un estado que en nada se ve beneficiada; bueno, sí que el estado tiene un representante en la Liga MX, pero nada más en cuanto al deber social que implica tener y portar el nombre y los colores del Puebla. Legal y no sano.

Mientras todos sigan viendo por sus intereses particulares, sin pensar en el desarrollo del deporte en forma global, esto del futbol no pasará de lo que es ahora.

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