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viernes, marzo 29, 2024

Mujeres, una década de paridad y la Ruta 2024

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Con desmesurado descaro comparto la visión de quienes aseguran que en con el Proceso Electoral Federal 2023-2024, que arrancará en septiembre, llegará por primera vez una mujer a la Presidencia de la República. Será Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Pero en el contexto de esa proyección, y a propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo, hay muchas reflexiones que vienen a cuenta en la arena electoral. 

La elección del próximo año será apenas el cuarto proceso federal en que se compite con las reglas de paridad de género. Ha ocurrido en los comicios federales de 2015, por primera vez; luego 2018, 2021 y 2024. 

Hasta antes de la reforma que en la materia se realizó en 2014, que impulsó, paradójicamente, un gobierno y un presidente emanado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, hubo distintos ejercicios de “cuotas de género”. 

Las primeras fueron menores de 30 por ciento de las candidaturas, que en principio se cumplían mandando a las mujeres de suplentes, y luego esas cuotas fueron incrementándose en las legislaciones federal y estatales. 

Después se estableció también la obligación de postular al mismo género en la suplencia y la candidatura propietaria, para evitar las llamadas Juanitas, que iban a la boleta y, luego al llegar al cargo legislativo, solicitaban licencia para dar el paso a un varón a la titularidad. Una grotesca simulación y una expresión institucionalizada de violencia política en razón de género. 

Los políticos y los partidos nunca se prepararon en serio para la paridad que hoy es norma incluso en cargos unipersonales, como las gubernaturas. 

En 2024 se definen 9 titulares de Ejecutivos estatales en total. En los estados que enfrentarán comicios a las gubernaturas, muchos dirigentes de partido tiemblan porque, o no tienen perfiles femeninos o porque quieren que un hombre sea el candidato. 

Están en un serio brete, porque al menos cuatro de las postulaciones partidistas y de coalición en esas nueve entidades (Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán), deberán ser para mujeres y, en un caso muy viable, incluso cinco, por la acción afirmativa, que respalda al sector tradicionalmente relegado, en este caso el femenino. 

Esta mañana de miércoles una de las preguntas centrales en la conferencia matutina de Palacio Nacional para el presidente Andrés López Obrador fue “si México está preparado para una presidenta”. 

Debió el tabasqueño despabilarse de botepronto y consiguió una respuesta hábil y rápida: “México está preparado para la democracia, está preparado desde hace mucho tiempo para la democracia”, fue la contestación a la reportera que formuló la pregunta. 

De inmediato, sin interrupciones, López Obrador agregó: “sí va a ser una mujer la que va a conducir el primer Tren Maya, que ya está formándose”. 

El segundo tiempo de su respuesta la elaboró López Obrador para dar respuesta a una pregunta anterior, pero terminaron concatenándose los dos temas. 

Pareciera que se trató de un mensaje del mandatario que, en la matutina de este miércoles, tuvo reflejos muy vivaces. 

A 10 años de la reforma legislativa que permitió la paridad de género, en junio de 2024, en las urnas la mayoría de los mexicanos están cerca, como nunca, de elegir por primera vez a una mujer para la Presidencia de la República. 

Todas las veredas de la ruta 2024 indican que así será. 

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