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jueves, marzo 28, 2024

AMLO el imbatible y la hiel opositora

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Está enfermo, sí, pero no más que cualquier hombre de su edad (tiene 68 y cumple 69 en diciembre) que fue muy descuidado con su salud en los años mozos.

Habla lento, sí, y a veces ¡desespera tanto!

Es dogmático, necio, delata muchos vicios de carácter, sí, y muy notablemente.

Ese ha sido precisamente el error de los partidos de oposición y de los poderes fácticos: atacarlo fundamentalmente en lo personal, cuando, precisamente, por las cualidades que la gente ve mayoritariamente en él, es que tiene una altísima aprobación, inédita, para cualquiera de sus antecesores.

Desde la semana pasada y las próximas, el debate central del país, y lo más probable es que Andrés Manuel López Obrador volverá a sortearlo con éxito, será sobre la salud y la honestidad del Presidente de la República.

Luego del ataque cibernético a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la publicidad abundante que se dará al libro El rey del cash de Elena Chávez, expareja de César Yáñez Centeno Cabrera, hoy subsecretario de Gobernación y otrora vocero del tabasqueño (un brete más en el que lo mete el de Colima), la oposición volverá con estridencia a descalificarlo, con fiereza y rabia.

Ya el vocero de la ultraderecha y ahora tan súbitamente amigo de la impresentable Elba Esther Gordillo Morales, el comunicador Carlos Loret de Mola, ha venido adelantando ataques contra López Obrador, con muy personal encono, en LatinUs, medio de comunicación de capital mayoritario proveniente de las bolsas de Roberto Madrazo Pintado.

Pero, ¿qué pasa en realidad? ¿tiene efecto esta metralla? No. No la ha tenido.

La aprobación de Andrés Manuel supera, en promedio, 65 por ciento. De acuerdo con Demoscopia Digital, por poner un ejemplo, el presidente cerró septiembre con 67.5 por ciento.

En las mediciones que miran hacia 2024, Morena (o sea lo mismo que AMLO) tiene en el balance de las encuestas, 50 por ciento de las potenciales preferencias y la alianza opositora, toda junta, incluso ha bajado.

“La alianza opositora PAN-PRI-PRD continúa a la baja, y en septiembre obtuvo 34 por ciento de intención de voto, un punto menos que en agosto y seis puntos menos que en mayo, cuando sumaban 40 por ciento”, describió El Financiero sobre la encuesta de finales de septiembre, que le da a Morena 50 por ciento a favor.

López Obrador parece blindado. Los programas clientelares de apoyo en efectivo y directos, en becas y pensiones, le han asegurado una base fiel y, por lo visto, indisoluble.

En las proyecciones a las nueve gubernaturas que estarán en disputa en 2024, también en la mayoría Morena se anuncia como muy posible triunfadora:

Ciudad de México, 40.4 por ciento a favor del morenismo, según Massive Caller; Puebla (50.1%), Morelos (47.6%), Chiapas (53.5%), y otros tantos por el estilo.

Eso, junto con las elecciones del próximo 2023, en Estado de México y Coahuila, en donde, si se mantiene la negativa a una alianza opositora, las victorias prometen pintarse de guinda.

La oposición, sus actores y sus voceros, mientras tanto, siguen en la misma receta que no les ha funcionado: el denuesto personal al caudillo.

Esos ataques contra Andrés Manuel no satisfacen más que los desahogos de sus odiadores.

No menguan ni cambian la opinión de los millones que representan su base social.

Es víscera pura. Es hiel sin ningún efecto.

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