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jueves, abril 18, 2024

9M en Puebla

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Las niñas ya no quieren ser princesas. 

Quieren ser gobernadoras, presidentas, alcaldesas o científicas.  

Encuentro en un portal de Perú una nota sobre La Ley Monzón en Puebla. 

La nota retoma un reportaje de la BBC, y se refiere así a Puebla:  

“Es el primer estado mexicano en promulgar una ley de este tipo. Un precedente que ahora impulsores, colectivos feministas y familiares de la víctima esperan que se convierta en ley nacional.” 

A Cecilia Monzón la tuvieron que asesinar para que sus propuestas y su visión política fuera tomada en cuenta.  

Cuando Monzón hacía sus ruedas de prensa, hace algunos años, con otros jóvenes del PRI para protestar por lo que pasaba en su partido, los medios no cubrían sus ruedas de prensa.  

Y sus demandas se iban a las páginas de interiores.  

Ahora, Cecilia Monzón es celebrada por diputadas y diputados del Congreso Local.  

El olvido hacia Monzón, a quien sistemáticamente bloquearon en su partido, es ahora refuncionalizado con una política de selfies y declaraciones empáticas. 

Cuando Monzón vivía, la clase política que hoy la celebra, la marginó. 

Y al final, un integrante de esa casta política le quitó la vida.   

*** 

Frente a la lógica centralista del poder, la marcha de este miércoles demostró que las mujeres ejercen frontalmente sus derechos políticos.  

Sin embargo, aún falta que esta movilización masiva se prolongué y obtenga victorias y avances en el terreno legislativo, social y político.  

La movilización de las mujeres (así en plural) tensó el ambiente local porque exhibió que las mujeres libres pueden organizarse para marchar y exigir el cese de la violencia en contra de las mujeres. 

En esta marcha hubo una pluralidad de expresiones o tendencias que comparten distintas formas del feminismo o de los feminismos.  

La marcha también demostró que las mujeres se acompañan cuando hay una convocatoria que trasciende la utilidad partidista o las posturas personalistas.  

Mientras que la derecha se disputó los lugares en su marcha en contra de la reforma electoral de Andrés Manuel López Obrador, las mujeres feministas esquivaron los protagonismos.   

Lo cierto es que sin una agenda más o menos grupal o con claridad demandas, que existen en las consignas y en las pintas, y en algunos documentos de la marcha, esta movilización dejará de tener un impacto en las políticas públicas y en la agenda pública.  

Lo que viene, que, determinación de las colectivas de mujeres, le dará otro rostro a Puebla y presentará el cómo las mujeres se autodeterminan y generan otras composiciones políticas al margen o en los márgenes de los partidos políticos.  

*** 

El otro resultado de la marcha del 8M en Puebla es que se reactiva la lucha por la despenalización del aborto.  

“Aborto sí, aborto no eso lo decido yo”, fue una de las consignas de la megamarcha del 8M. 

El Congreso Local, con mayoría de diputadas de Morena, ha frenado la despenalización del aborto en Puebla. 

Las diputadas morenistas y los diputados de Morena han evitado que la despenalización del aborto se apruebe en Puebla.  

¿Para qué sirve un Congreso con mayoría de izquierda o de la presunta izquierda si sus legisladores no aprueban una agenda de derechos sociales y reproductivos?  

¿Para qué sirve que se elija a un Gobernador de izquierda si no se avanza en la agenda progresista? 

Terrible es que esta mayoría de diputados no comprenda que las 50 mil mujeres que marcharon el miércoles lo hicieron también enarbolando la agenda de los derechos sociales y reproductivos, porque la pañoleta morada y la verde van de la mano.  

Si el Congreso de Puebla quiere pasar a la historia, como el lema de la coalición a la que pertenecen la mayoría de los diputados, debe hacerlo aprobando la despenalización del aborto. 

Por otro lado, Morena, la dirigencia estatal y los diputados de Morena deben asumir que forman parte de un partido de izquierda. 

Así provengan del viejo o del nuevo PRI, del panismo o de cualquier otro ismo conservador.  

Y al formar parte de ese partido asumen la agenda política de esa fuerza partidista.  

Cuando la gente votó por ellos, lo hizo por una opción partidista.  

Si un diputado de Morena no quiere aprobar la despenalización del aborto, pues sencillamente que actúe con congruencia, y se pase al PAN.  

Porque ese partido claramente en sus documentos doctrinales se opone a la despenalización del aborto.  

Lo que no se vale es que los diputados de Morena quieren mantener una agenda conservadora para no agraviar a las buenas costumbres episcopales y al mismo tiempo quieran pertenecer a la fuerza hegemónica.  

Ese es el efecto de que los diputados de Morena y su dirigencia le deban o crean que le deben su cargo al Gran Legislador en Turno porque entonces obedecen a un imaginario de poder que no es el de la población o el de los documentos de su partido.  

Esas prácticas son dañinas para la democracia poblana. 

Las diputadas de Morena han sido rebasadas en la práctica por algunas legisladoras del PAN que actúan con una agenda progresista en el Congreso Local.  

¡Vaya paradoja!  

*** 

La preocupación de políticos por las pintas y “destrozos” de la marcha del 8M desvía la mirada de lo fundamental: 50 mil mujeres marcharon a favor de sus derechos.   

En el mayo francés del 68, los estudiantes hicieron pintas en las escuelas, facultades y edificios con leyendas como “Exigid lo imposible”.  

Pintas, carteles y stickers son propios de las marchas porque son medios de expresión en un contexto de lucha.  

Las marchas, como las del 8M, no son desfiles escolares ni caravanas de alguna bebida edulcorante.  

Son actos de protesta porque el Estado no cumple sus funciones.  

Las pintas cesarán cuando se acaben los feminicidios.  

Las pintas cesarán cuando se acaben las desapariciones.  

Las pintas cesarán cuando se acabe la impunidad.  

Mientras tanto, la libre expresión de las ideas a través de pintas continuará.  

El falso debate sobre las pintas sólo muestra las exigencias de una sociedad light 

En la que hasta las marchas de protesta sigan “reglas” de comportamiento.  

Pero eso no sucederá porque no sucedió ni con Hidalgo, ni con Morelos, ni con la familia Serdán. 

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