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jueves, abril 25, 2024

Tuco y Tico: Dos Tipos de Cuidado

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Desde el viernes pasado despacha en la Delegación de Bienestar en Puebla el sobrino incómodo de Manuel Bartlett: Rodrigo Abdala.

Despachar es un decir.

Digamos que se apersonó y se presentó con sus exempleados, algunos de los cuales tienen una pésima opinión suya.

Lo recuerdan como un fantasma fumador que no resolvía nada.

En aras de sacar el trabajo, se dedicó a delegar todo: hasta la Delegación.

Como cierto personaje de caricatura, sólo pedía respeto.

Eso fue lo primero que perdió.

¿A qué regresa Abdala a Puebla?

A desviar los programas sociales de la Federación en beneficio de Ignacio Mier Velazco.

De esta manera —al más puro estilo del viejo PRI— buscarán ganarle votos y adeptos al diputado en su carrera por Casa Aguayo.

Lo mismo hará Francisco Ramos, quien también ya se presentó en la fantasmal Delegación de Gobernación.

A Paco —hermano de líquidos de Mario Marín hijo— se le recuerda por su salida tan brutal de la Secretaría de Gobernación durante el interinato.

Cómo olvidarlo.

Como buen policía chino —misterioso y pendejo—, se dedicó a espiar a Miguel Barbosa Huerta, a la sazón candidato a la gubernatura por segunda vez.

Y lo hizo a través de Angie Mora, quien hacía las veces de particular del hoy gobernador.

Angie le mandaba reportes a Ramos de todo: con quién se reunía, de qué hablaban, cuál era su estrategia.

Llegó el momento en que el inminente delegado de Gobernación le exigía información minuto a minuto.

Gracias a eso, la Operación Mongol fue descubierta.

Los WhatsApp evidenciaron a ambos.

Y sobrevino, fulminante, el doble despido.

Antes de dejar Gobernación local, Ramos hablaba por teléfono con los alcaldes para decirles que, ante el mal estado de salud de Barbosa Huerta, su jefe, Fernando Manzanilla, sería el candidato.

Y en consecuencia: el gobernador.

También de esto hay evidencias.

Abdala y Ramos, ya se ve, serán los operadores de Mier.

En otras palabras: las dos inteligencias luminosas que le abrirán la ruta rumbo al 2024.

La oposición puede estar tranquila.

Pinky y Cerebro sólo darán risa.

Y pena ajena.

Por cierto:

Este lunes, en su columna Garganta Profunda, Arturo Luna Silva publicó unas líneas reveladoras —cargadas de zozobra— sobre el multicitado Paco Ramos:

“Los motivos de su divorcio los conoce a detalle el Estado Mayor Presidencial, que cuidaba a Mariana Moguel, cuando su madre era secretaria de Desarrollo Social. Es un caso muy grave, que un día se conocerá”.

Ufff.

Tic tac, tic tac…

Los guajolotes cantan.

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