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jueves, marzo 28, 2024

Sobre los traidores a la Patria

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Para ser traidor a la Patria es necesario haber sido leal a ella anteriormente. 

Nadie puede traicionar lo que no ha amado. 

Técnicamente, las infidelidades sólo existen en la medida en que haya existido fidelidad. 

Si no la hubo, no hay traición. 

Para que haya Patria se requiere cierto conocimiento de la historia. 

Si hay ignorancia en cuanto a la historia de México será imposible concebir el término Patria como propio. 

No hay Patria donde no hay idea de lo que fue este país en la Guerra de Reforma, por ejemplo. 

O en la Intervención Francesa. 

La Patria está ligada inevitablemente a algo que tiembla dentro de nosotros. 

Si la Patria no nos cimbra, no tenemos Patria. 

¿Eso nos vuelve apátridas? 

No lo creo. 

Eso nos vuelve, en todo caso, insensibles a eso que se llama Patria. 

Gabriel Zaid —poeta, ensayista, hombre de letras— escribió unos versos que en este contexto son muy vigentes: 
 
Mi patria está en tus ojos, mi deber en tus labios. 
Pídeme lo que quieras menos que te abandone. 
Si naufragué en tus playas, si tendido en tu arena 
soy un cerdo feliz, soy tuyo, más no importa. 
Soy de este sol que eres, mi solar está en ti. 
Mis lauros en tu dicha, mi hacienda en tus haberes. 
 

Hasta aquí este gran poema llamado Circe. 

La Patria del poeta son los ojos de la amada. 

Con eso basta para tener una noción de lo que estamos hablando. 

Y toda Patria conlleva un deber. 

El deber patriótico del poeta está en los labios de la amada. 

Hay un falso debate en la polémica que tiene de cabeza a este país. 

¿Son traidores a la Patria personajes como Quadri o Ana Teresa Aranda, entre nosotros? 

No lo creo. 

Y no lo son porque no tiene Patria alguien como Quadri que se ha vendido a todos en el momento justo. 

Fue candidato del partido de Elba Esther Gordillo en un momento. 

(Nada más ajeno a la Patria que esa fórmula política). 

Hoy que es parte de la bancada del PAN ha quedado dicho todo. 

Ana Teresa Aranda, por ejemplo, ha pasado por todos los partidos buscando algo que está muy lejos de ser patriótico: un hueso. 

Por ese hueso ha sido adicta al Mario Marín de las maletas en la colonia Condesa en aras de descarrilar a Rafael Moreno Valle. 

(Hablo de una vieja historia que data de 2010 y que consigné en su momento). 

¿Las maletas marinistas llevaban la Patria dentro? 

No. 

Para nada. 

Llevaban algo que la hoy diputada Aranda buscaba por encima de todo. 

(Ya lo sabe el hipócrita lector). 

No desgastemos el término Patria en estos personajes. 

No son traidores. 

Son vulgares ambiciosos de temas ligados a pesos y centavos. 

Pobre Patria. 

Dejémosla ya en paz. 

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