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lunes, mayo 20, 2024

La Ley Barbosa y el árbol de los amparos caídos

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Todas las mañanas, el gobernador Miguel Barbosa exhibía a los más diversos personajes públicos en el contexto de lo que él denominaba ‘la novela poblana’.

Dicha novela —más cerca de la novela de tesis que de la novela costumbrista— lo llevaba a debatir los conflictos políticos con una notable carga de justicia social.

Más que imponer un criterio, don Miguel se metía en una reflexión sobre un necesario debate acerca de la vida pública poblana y el modelo de negocios en el que ésta fue convertida en los años anteriores.

De esta manera, y en aras de sanear esa vida pública, ordenó investigaciones acerca de los más diversos temas.

El resultado fue brutal.

Casi todo lo que se tocaba estaba contaminado por temas de corrupción.

Cómo olvidar los denominados puentes atirantandos que resultaron falsos, pero cuyos costos fueron inflados hasta el delirio.

Las carpetas de investigación se multiplicaron.

La Fiscalía Especializada en Combate a la corrupción inició —a lo largo de la administración barbosista— 4 mil 362 carpetas de investigación por delitos cometidos por servidores públicos.

Fue como pegarle a un avispero.

Las abejas salieron volando, y picando.

Los zánganos se quejaron de una persecución política.

La abeja reina se guardó en su aposento.

Las abejas obreras enfrentaron los señalamientos con enfado e irritación.

Luego, al igual que los zánganos, recurrieron a los amparos ante los jueces de distrito.

La colmena poblana había sido tocada por primera vez después de décadas de protección y complicidades.

Casi todos se arroparon en la narrativa —muy conveniente para el momento— de la persecución política.

Esto resultó absolutamente falso.

No los perseguían por sus ideas sino por sus malas acciones como servidores públicos.

Algunos huyeron despavoridos a Estados Unidos y España.

Otros más, ingresaron a la cárcel.

En diciembre de 2022, el gobernador Barbosa falleció.

Los zánganos y las abejas obreras festinaron su muerte con zumbidos delirantes.

Al paso de los meses, empezaron a ganar amparos en los juzgados de distrito bajo el argumento de que existía un ‘vacío legislativo’ en la materia.

Tras largos y profundos alegatos, en los ámbitos del poder judicial, el Segundo Tribunal Colegiado de Circuito en materia penal echó abajo el criterio de que el Código Penal poblano estaba viciado —en cumplimiento a una jurisprudencia del Pleno Regional.

Esto ocurrió el 18 de abril, pero la resolución fue subida al sistema hace unos días: el viernes 3 de mayo.

Los amparos han empezado a caer al igual que las hojas de un árbol milenarios.

(Las higueras, por ejemplo).

Quienes se sentían seguros con su amparo bajo el brazo tendrán que enfrentar sus procesos ya sin ese abrigo protector.

Y corren el riesgo de llevar dichos procesos en prisión.

Ese tren rigurosamente vigilado tendrán que abordarlo decenas o centenas de pasajeros.

Otros más se convertirán en prófugos nuevamente.

La narrativa de ‘perseguidos políticos’ no les servirá de mucho.

Ha sonado el silbato de la locomotora.

‘Bienvenidos a bordo pasajeros del tren 2024. Favor de abrocharse los cinturones de seguridad. A lo largo del recorrido habrá poca visibilidad, turbulencia y una fuerte tormenta’.

 

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