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viernes, abril 19, 2024

Gilberto Prado Galán: al derecho y al revés

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A Lucía Álvarez

I. Una comida

Apenas hace unas cuantas semanas, mi querida amiga la compositora Lucía Alvarez me invitó a comer a su casa para celebrar al director Sergio Cárdenas, recientemente galardonado con el Premio Nacional de Artes.

Allí nos encontramos un grupo de amigos, entre los que estaba Gilberto Prado Galán, estupendo ensayista y, sin duda alguna, El Señor Palíndromo, ya que llegó a escribir más de 30 mil, muestra de un innegable talento y, parte consustancial, de una cierta obsesión, jeje.

Estuvimos muy contentos -Lucía es una espléndida anfitriona y una gran amiga-. Apenas hace unos días, el pasado 21 de octubre, me informó que Gilberto había fallecido de un infarto, a los 62 años.

Un palíndromo es una palabra -o una frase- que se puede leer al derecho y al revés. Ana, Otto, reconocer, somos, seres, nadan, son palabras palíndromas, “Anita lava la tina”, “Luz azul”, “A tí no, bonita” son frases palindrómicas.

El gran Gilberto, por haberse dedicado a construir palíndromas en nuestro idioma durante años, ya tenía una estructura mental que, como un programa de computadora, podía determinar qué se podía hacer con una palabra o si era imposible utilizarla para este juego de la inteligencia.

Efímero lloré mi fe es el libro en el que compendió su labor palindrómica. ¡Qué triste y verdadera suena la palabra efímero, ante su muerte!

II. Los ojos de la medusa

Fue también un espléndido ensayista. En Los ojos de la medusa, publicado por la Universidad Iberoamericana, de quien fue su director de difusión cultural durante muchos años, reúne reflexiones sobre la decapitación. Sí, estimado lector de Hipócrita lector, leyó usted bien. Para escribir un libro así se requiere una erudición lúdica. En este libro me entero de dónde viene la frase “God save the Queen“: “La espada que Devereux osó desenfundar cuando la reina le negó el mando de la expedición de Irlanda habría de trocarse en el filo del hacha del verdugo que, en febrero de 1603, tras la conspiración del propio conde enderezada contra su antigua protectora y amante, habría de desprender con tres golpes a la cabeza del conde quien se anticipaba a su propio luto con una vestimenta oscura. Era añeja costumbre perdonar al verdugo. El conde procedió con dignidad y aplomo. Sus últimas palabras fueron, ahora inmortalizadas por la literatura, “Dios salve a la reina”.

III. Mapa del libro humano 

Este otro libro nos ofrece pequeños ensayos, textos lúdicos, inteligentes y divertidos sobre distintas partes del cuerpo. Gilberto comenzó a estudiar medicina, de modo que pasó por las lecciones de anatomía. Aquí encontramos textos sobre el bazo, la médula, la tiroides, el páncreas, el duodeno, la médula. Va un ejemplo: “Las hernias son el correlato del fuera de lugar en futbol soccer, protrusiones o salientes que descolocan de su cavidad o nicho normal a ciertos órganos: hiatales, discales, umbilicales, inguinales, epigástricas. La taxonomía es pintoresca, folcklórica, pero las consecuencias si las hernias no se atienden a tiempo pueden ser deplorables”.

IV. Dos dedicatorias

La de Mapa del libro humano dice: “Es para mi querido amigo José Antonio –eso José ama José-, con la complicidad intelectual y un abrazo fraterno”: Gil.

La de Los ojos de la medusa dice: “Es para mi querido amigo José Antonio Lugo –eso jamás ama José-, con un abrazo fraternal y mi gratitud: Gilberto.

Creo que tengo un buen número de libros dedicados por amigos que se nos han adelantado.

Algún día -que no será pronto- mis amigos sobrevivientes leerán las que les dediqué.

Hasta pronto, Gilberto. Me gustaría enviarte un palíndromo hasta el más allá, pero no tengo ese talento tan único, tan tuyo. Te mando, eso sí, un abrazo, con la nostalgia de que apenas hace unos días convivimos un rato, sin saber que era nuestra despedida.

 

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