El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Rusia y Ucrania iniciarán negociaciones inmediatas hacia un alto el fuego, tras sostener una llamada telefónica de más de dos horas con su homólogo ruso, Vladimir Putin. No obstante, el mandatario ruso evitó aceptar la propuesta estadounidense de un cese al fuego incondicional por 30 días.
Putin se limitó a expresar su disposición para trabajar en un “memorándum hacia un futuro acuerdo de paz”, sin detallar compromisos concretos. “Fue una conversación útil y franca”, declaró el líder del Kremlin, aunque reconoció que persisten diferencias clave.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó haber dialogado dos veces con Trump en los últimos días. Reiteró su apertura a un alto al fuego completo, pero exigió sanciones más duras si Rusia continúa los ataques. Pese a los esfuerzos diplomáticos, Moscú ha intensificado el uso de drones en territorio ucraniano.
El Vaticano, tras la reciente elección del Papa León XIV, ofreció su sede como espacio neutral para futuras conversaciones. Trump respaldó esta propuesta y aseguró haber informado a líderes europeos. Sin embargo, desde Moscú se percibe escepticismo hacia esta posibilidad, debido a la presión moral que implicaría.
Analistas han criticado la estrategia del presidente estadounidense, acusándolo de ceder ante el Kremlin y presionar más a Ucrania que al agresor. Hasta ahora, los intentos de negociación directa, como los realizados en Estambul la semana pasada, han fracasado sin resultados tangibles. La guerra continúa, sin un horizonte claro de paz.