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jueves, abril 25, 2024

¿Gens una sumus?

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HUGO VARGAS* 

Con la llegada del Partido Bolchevique al poder, el ajedrez en la Unión Soviética ascendió a la cumbre entre los deportes. “Desposé a Nadezhda Krupskaya —decía Lenin— porque es la única mujer que entiende a Marx y el ajedrez”. Nikolai Krilenko, comandante supremo del ejército soviético, creía que el ajedrez era “una herramienta política, un arma científica en la batalla del frente cultural. Hay que llevar el ajedrez a las masas”. Stalin, con mucho menor talento ajedrecístico, también pasó tiempo ante el tablero en el club de Kazán, y creía en la utilidad del juego para demostrar la superioridad intelectual rusa. Los ajedrecistas fueron los primeros deportistas soviéticos a los que Stalin permitió participar en torneos internacionales, a mediados de la década de 1930.

Andréi Volokitin, campeón de Ucrania de ajedrez, juega con aficionados en el paseo principal de Leópolis, el 20 de marzo de 2022.
Foto: AFP_tickers

La Fédération Internationale des Échecs (FIDE) fue fundada en París en 1925, bajo el lema “Gens una sumus” (“Somos una familia”), y desde 1948, cuando organizó el primer campeonato mundial, hasta 2007 todos los campeones fueron soviéticos y luego rusos, salvo el estadounidense Bobby Fischer. Putin ha tenido mucho interés en recuperar el título mundial para Rusia. Logró que Sergei Karjakin, ucraniano por nacimiento, adoptara la ciudadanía rusa con la que compitió por el campeonato mundial en 2016 y que perdió en un reñido match contra Magnus Carlsen en Nueva York. En 2018 Arkady Dvorkovich, quien fue director del Comité Organizador del Mundial de Futbol, y un hombre de confianza de Putin, llegó a la dirigencia de la FIDE. 

Jesús, desde la cruz, reclama a los orgullosos humanos su gusto
por destruir. Foto: CCh.

Ucrania, por su lado, también ha sido una tierra fértil para el ajedrez. Ha contado con enormes jugadores, como Vasily Ivanchuk, el clásico campeón sin corona, y uno de los ajedrecistas más carismáticos y queridos en el orbe. Apenas en noviembre del año pasado los ucranianos obtuvieron el Campeonato Europeo por Equipos. Por supuesto, la invasión rusa a Ucrania repercutió inmediatamente en el mundo del ajedrez. La FIDE tomó una medida enérgica: cambiar la sede de la próxima Olimpiada de Ajedrez, que se realizaría en Moscú durante julio y agosto. También se moverá la sede de la Olimpiada de Ajedrez para Personas con Discapacidad y del 93 Congreso de la Federación. “No se llevarán a cabo competiciones ni eventos oficiales internacionales de ajedrez en Rusia y Bielorrusia”, dice un comunicado en el que se agrega que en los torneos estarán prohibidos los himnos y las banderas nacionales de Rusia y Bielorrusia; en lugar de ello se colocará el símbolo oficial de la FIDE. La Federación terminó su comunicado con la “condena de cualquier declaración pública de cualquier miembro de la comunidad ajedrecística que apoye una acción militar injustificada”.

Todas estas sanciones se unen a las dictadas por el Comité Olímpico Internacional en 2017 contra el deporte ruso por numerosos casos de dopaje.

Las reacciones continuaron. Garry Kasparov, campeón mundial durante veinte años, ha sido un férreo opositor de Putin. Fue encarcelado en 2007 y terminó exiliado en Nueva York. Fue de los primeros en manifestar su rechazo a las maniobras rusas. El 2 de marzo Alexander Grischuk, el jugador 12 del mundo y segundo de Rusia, se manifestó en contra de la invasión mientras disputaba el Grand Prix de Belgrado: “Estoy muy triste, muy dolido por lo que está pasando. No voy a utilizar la palabra ‘guerra’ porque está prohibida en nuestros medios de comunicación y no quiero que puedan citarme. Apoyo a Rusia en el 99% de los conflictos internacionales, pero esta vez no soy capaz de hacerlo. En mi opinión, lo que estamos haciendo está muy mal, desde el punto de vista de la moral y desde el punto de vista práctico”. Grischuk estuvo acompañado por el GM Dmitry Andreikin. 

Al día siguiente decenas de ajedrecistas rusos escribieron una carta a Putin pidiendo detener la invasión. Entre los firmantes figuran Ian Nepomniachtchi, el retador por el título mundial; la excampeona del mundo y directora de ChesscomRU, Alexandra Kosteniuk; la excampeona de Europa y de Rusia Valentina Gunina; Peter Svidler, ocho veces campeón de Rusia, el excampeón del Mundial de la FIDE Alexander Jalifman, y los grandes maestros Andrei Esipenko, Daniil Dubov, Kirill Alekseenko, Alexander Motylev, Alina Kashlinskaya, Polina Shuvalova y Pavel Tregubov, entre otros. La carta fue publicada en championat.ru y difundida en la cuenta de Twitter de la Federación Rusa de Ajedrez y de la FIDE sin ningún comentario. 

Alexander Grischuk, durante su declaración en Belgrado. Foto: Chess24
Sergey Karjakin, a favor de la guerra. El 1 de marzo publicó esta foto, celebrando la primavera rusa.
Foto: Twitter

Sin embargo, la oposición a Putin no es unánime. Anatoly Karpov, duodécimo campeón del mundo y miembro de la Duma, ha sido sancionado por la Unión Europea tras votar a favor de las medidas que llevaron a la invasión. Karpov también hubo de cancelar un viaje a España para presentar el documental sobre su match contra Victor Korchnoi. Pero el caso más notorio de apoyo a Vladimir Putin ha sido el de Sergei Karjakin. Exniño prodigio, Karjakin nació nada menos que en Crimea, Ucrania. Obtuvo la nacionalidad rusa en 2009 y recibió un gran apoyo para su encuentro por el Campeonato del Mundo. Sergei ha sido muy combativo en las redes sociales, lo que le ha granjeado enemistades en el gremio. Entre otros torneos, el circuito del Grand Chess Tour ha anunciado que no será bienvenido este año y la FIDE lo hizo a un lado del torneo de Candidatos, a celebrarse en junio en Madrid, y de donde saldrá el retador al campeonato mundial. 

Karjakin tuvo la oportunidad de apelar, pero decidió no hacerlo. “No tiene sentido, todos los tribunales se pondrán del lado de Europa. Y la FIDE es una organización deportiva internacional y hace lo mismo que todos. Era consciente de que existía un peligro, pero considero que soy ante todo un ciudadano y un patriota de mi país, y digo esto con humildad. No lamento ni un ápice lo sucedido. Entre apoyar a mi país y participar en el Torneo de Candidatos, siempre elegiría lo primero”, declaró a la agencia TASS. Mientras tanto, en Leópolis (Lviv), Andrei Volokitin, de 35 años y actual campeón ucraniano, no ve una salida fácil y calcula que la situación dure meses, “quizás años”. 

Leópolis se encuentra en el oeste de Ucrania a solo 70 km de la frontera polaca. Había librado la ofensiva rusa, iniciada el 24 de febrero, hasta que un bombardeo destruyó una fábrica de reparación de aviones cercana al aeropuerto. No hubo víctimas. Esta ciudad se considera el centro cultural del país. Sus calles adoquinadas están repletas de cafés, comercios y restaurantes. También es conocida como la “capital del ajedrez”. En Leópolis hay 20 o 30 grandes maestros de ajedrez entre sus 700 000 habitantes, según Volokitin. El GM ucraniano firmó una carta abierta de ajedrecistas de ese país que rechazaban enfrentarse a contrincantes rusos, como en el campeonato europeo individual previsto para finales de marzo en Eslovenia. Ningún hombre ucraniano de 18 a 60 años, apto para el combate, puede salir del país, pero Volokitin recibió una exención para asistir al torneo. Su mujer y su hija se refugiaron en Polonia.

El Gran Maestro ucraniano, Ruslan Ponomariov, y su hijo, durante
una manifestación en el puerto de Bilbao, España. Foto: Ukrainian
Chess Federation.

 

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE VLADIMIR PUTIN

“Estamos en contra de cualquier acción militar en el terreno de Ucrania y pedimos un inmediato cese de hostilidades y una resolución pacífica del conflicto a través del diálogo y las negociaciones diplomáticas. Para nosotros, es un dolor insoportable ver la catástrofe ocurre estos días con nuestra gente.

“Hemos representado a Rusia de forma individual y, lo que es un honor especial, por equipos. Estamos convencidos de que el ajedrez y los deportes en general deben unir a la gente. Nuestro país ha hecho todo lo posible para organizar los eventos internacionales más complejos y prestigiosos incluso durante el pico de la pandemia.

“El ajedrez te enseña a responsabilizarte de tus acciones; cada jugada tiene valor y un error puede conducirte a un punto fatal de no retorno. Esto solía ser un deporte, pero ahora las vidas humanas, los derechos humanos y las libertades, la dignidad humana, el presente y el futuro de nuestros países están en juego.

“En estos días trágicos, pensamos en toda la gente que quedó atrapada en medio de un espantoso conflicto. Compartimos el dolor de nuestros colegas ucranianos y pedimos por la paz.

“El equipo de ajedrez ucraniano es el actual campeón europeo por equipos y uno de los equipos más fuertes del mundo, al igual que el nuestro. Nos hemos enfrentado en decenas de duelos y cientos de partidas. Para nosotros, la competencia justa siempre ha estado por encima de la política; los ucranianos comparten este mismo sentimiento. Les rogamos que
preserven la posibilidad de respeto mutuo entre los equipos, jugadores y personas de ambos países.

“Estamos a favor de la paz. ¡Detengan la guerra!”

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