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jueves, abril 25, 2024

Reír Llorando (los nuevos Garrick’s)

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La semana pasada fuimos testigos de uno de los episodios más bizarros que se han dado en redes sociales. El comediante de stand up, Richie O’farrill, apareció haciendo en una transmisión demencial en vivo desde su Tik Tok. 

Visiblemente alterado, relataba cómo había sido echado de la boda de uno de sus colegas y fue así que en un aparente estado febril corrió a casa, puso un video de Nina Simone, y se dispuso a hablarle a millones de usuarios sobre las filias, fobias, perversiones, abusos, alucinaciones y vicios de los que supuestamente deberían de ser los hombres más alivianados y felices del mainstream. Sinceramente desconozco a la mayor parte de los mencionados, pero dentro de las acusaciones ——entre sorbos furiosos de electrolitos y bocanadas de una sustancia que podría ser o bien mariguana o bien crista— el standupero pasó revista, y pulverizó honras y reputaciones con una gracia terrorífica que solamente conocen aquellos que han vivido un ataque de abstinencia, de ansiedad o pánico. 

Dijo de todo: que si fulana de tal engañaba a su marido, que si mengana trataba con la punta del pie a sus amigos, que si un par de camaradas drogaron a una chica para después agredirla sexualmente. 

Richie se descosió entre risas perversas y llantos súbitos en un grito de desesperación muy emparentado a los quedan los que están al borde del colapso. 

Nuevamente, desconozco los motivos y el historial del personaje, pero al haberse expuesto de esa manera, los twitteros no tardaron en abonar al escándalo, subiendo videos con desafortunados comentarios del personaje en cuestión dentro de sus rutinas. 

Sabemos que la sangre ajena siempre vende bien, pero en este caso lo que quedó más expuesto es el propio trastorno que padece O’farrill, quien fue intervenido por el tal Chumel y otros amigos que llegaron a su casa para detener la inminente catástrofe que culminaría al día siguiente con otra transmisión en vivo: esta vez desde el aeropuerto, haciendo un escándalo porque su lugar en el avión había sido dado. 

La salud mental es la cosa más delicada que existe, es lo que más fácil se rompe. Todos padecemos, de alguna otra manera, de algún mal que se manifiesta la mente pero que desvela el estado del alma, y que se somatiza de distintas formas. 

Sinceramente no me interesaba en lo más mínimo la escena del stand up en México, pero después de que Richie abriera la caja de Pandora, queda claro que ahí hay un nido de patologías dignas de estudiarse. 

Queda claro que los nuevos clowns que cobran millones por hacer reír a los demás, parados en un escenario generalmente vacío, tienen mucho de aquel viejo payaso Garrick, que hacía las delicias de los Lores ingleses, pero que detrás de su aparente encanto y talento para hacer felices a los demás, se la pasaba llorando. 

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